Los hinchas de River Plate ofrecieron un caluroso y memorable recibimiento a su equipo en Seattle, mostrando su pasión y apoyo previo a su participación en el Mundial de Clubes, pese a los desafíos logísticos de llegar a la ciudad estadounidense.
Este domingo por la tarde, los seguidores de River Plate en Seattle dieron una cálida bienvenida a su equipo en un acto lleno de emoción y fervor, en medio del contexto del Mundial de Clubes.
La ciudad, ubicada en el noroeste de Estados Unidos, fue escenario de una demostración de apoyo que evidenció la pasión que despierta el club argentino, incluso en lugares lejanos.
Desde hace décadas, River Plate ha sido uno de los equipos más populares y exitosos de Argentina y del fútbol sudamericano, con una historia que se remonta a 1901.
La llegada de sus jugadores a Seattle coincidió con días de altas temperaturas —que en la escala de Celsius equivalen aproximadamente a entre 20 y 25 grados— y con un sol que se filtraba a través de las nubes.
La presencia de la delegación riverplatense en la puerta del hotel The Westin fue recibida con entusiasmo por parte de varios hinchas que ya esperaban allí.
Inmediatamente, comenzó un encuentro espontáneo entre los jugadores conducidos por Marcelo Gallardo y los seguidores que se congregaron en la entrada del hotel, generando un ambiente de alegría y pasión.
La escena fue similar a la de un partido en el Estadio Monumental, con cánticos, firmas y fotografías. La hinchada no dejó pasar la oportunidad para mostrar su apoyo y, en cada saludo, expresaron su afecto por el equipo y sus estrellas, especialmente por figuras como Enzo Pérez, Franco Armani, y otros referentes.
Entre los jugadores que salieron, destacó la presencia de Franco Mastantuono, quien despertó sentimientos especiales entre los fanáticos. Se le reconoció por su potencial, y muchos le brindaron palabras de ánimo y esperanza para su futuro, incluso comparándolo con figuras legendarias del fútbol mundial como Lionel Messi.
El apoyo fue tan fuerte que incluso alguien sugirió en broma que seguiría los pasos del ídolo rosarino, lo que refleja el cariño que la afición tiene por él.
Dada la distancia que separa a Seattle de Buenos Aires, el viaje de los hinchas no fue sencillo. Muchas de las personas que participaron en la bienvenida tuvieron que realizar extensos desplazamientos y hacer múltiples escalas, ya que los vuelos con destino a esta ciudad generalmente tienen costos que oscilan entre 1.400 y 1.800 euros, dependiendo de la temporada y la aerolínea. Pese a ello, la pasión de los fanáticos no se vio afectada, y varios aprovecharon la oportunidad para reunir a otros argentinos residentes en la zona, estableciendo una verdadera fraternidad futboleraque trasciende fronteras.
Las crónicas de la jornada también relataron cómo los seguidores entonaban cánticos míticos y coreaban en un espíritu de unidad. Frases clásicas del club argentino, como “Hoy te vinimos a apoyar, para ser campeón hay que ganar,” resonaron entre la multitud, junto con una broma recurrente sobre la famosa conquista en Madrid.
En ese momento, la hinchada local expresó su entusiasmo y esperanza de que el equipo pueda conseguir la cuarta estrella en esta competencia internacional.
Luego del emotivo recibimiento, los jugadores subieron a un autobús que los llevó al centro de entrenamiento del Seattle Sounders para continuar con la preparación.
Allí, los seguidores continuaron alentando, levantando sus brazos, cantando con pasión y dejando en evidencia cuánto significan estos momentos para todos los que apoyan a River.
La presencia de los hinchas en Seattle, aunque requiere esfuerzos y sacrificios, revela la dimensión global y el impacto que tiene un club como River Plate en el corazón de sus seguidores, incluso en las tierras más lejanas.
En resumen, la jornada en Seattle quedó marcada por la muestra de amor y fidelidad de los hinchas riverplatenses, que a pesar de los obstáculos logísticos y la distancia, siguen respaldando a su equipo con una fuerza admirable, motivados por la esperanza de conquistar el Mundial de Clubes y seguir escribiendo su historia llena de gloria y pasión.