La influencia de los alcanzapelotas del Racing de Costas ha sido clave para sus victorias, mostrando que el club se enfoca en el talento juvenil.
El Racing de Costas ha demostrado, una vez más, que en el fútbol no solo los once jugadores en el campo son importantes; el equipo tiene la ventaja de contar con un 'jugador número 12', compuesto por los jóvenes que se encargan de proporcionar los balones antes y durante el partido.
Este fenómeno se vivió en su reciente encuentro contra Banfield, donde el equipo necesitaba una victoria para no decir adiós al Torneo Apertura.
En esta oportunidad, el joven Lucas Álvarez, un alcanzapelotas de la Séptima División, se convirtió en el protagonista clave cuando intervino rápidamente para suministrar el balón a su compañero Martirena, quien a su vez asistió a Adrián 'Maravilla' Martínez.
Con este gol, Racing logró abrir el marcador y encaminarse hacia una victoria crucial. La agilidad y la anticipación de estos jóvenes son el ejemplo perfecto del espíritu del club, donde cada niño en la cantera se siente parte integral del equipo.
Desde la llegada de Costas como entrenador, el enfoque en la cantera ha sido evidente. El director técnico también ha mostrado confianza en los jóvenes talentos, pidiéndoles que estén siempre atentos y listos para contribuir. De hecho, se ha visto que estos alcanzapelotas no solo están pendientes del juego, sino que han jugado un papel fundamental en momentos decisivos.
En el pasado, Lucas Álvarez ya había brillado al asistir en la jugada del gol de Luciano Vietto contra Boca, donde también se desató la polémica por la rapidez en la cual se realizó el saque.
Este espíritu de colaboración y atención al detalle ha convertido a estos chicos en verdaderos aliados para el equipo. En el videojuego de fútbol, muchas veces se habla de la importancia del banquillo, pero en Racing esto se extiende a los niños en la línea de banda que están listos para hacer su parte.
Racing ha hecho de la juventud su estandarte, permitiendo que los jugadores más jóvenes tengan participación activa en el equipo. Esto se traduce en un rendimiento optimizado y en la creación de un equipo que, aunque suene a cliché, juega con el corazón. Durante años, el club ha tenido la costumbre de invitar a sus canteranos a presenciar y vivir al lado de los profesionales, enseñándoles que cada detalle cuenta.
En un ejemplo memorable, el año pasado Martín Santoro, otro joven alcanzapelotas, tuvo un impacto decisivo en el partido contra Corinthians. En aquel partido, su rápida acción al entregar un balón a Gabriel Rojas para ejecutar un lateral resultó en un gol de Juanfer Quintero, esencial para la clasificación de Racing a una final internacional después de 32 años.
La importancia de estos jóvenes en la estrategia del equipo no puede ser subestimada.
El legado de Racing no solo radica en su historia y sus títulos, sino en la forma en que han sabido integrar a sus más jóvenes talentos y hacerlos sentir parte de la grandeza del club, incluso si su nombre no aparece en las hojas de estadísticas.
Este domingo, al vencer a Banfield y mantenerse en la carrera por el Apertura, el Racing de Costas demostró que con un enfoque claro y un apoyo inquebrantable desde la cantera, se puede jugar con 12.