El futbolista joven del Barcelona, Lamine Yamal, fue criticado públicamente por contratar personas con enanismo para su celebración de cumpleaños, generando rechazo de agrupaciones por la dignidad y derechos de las personas con discapacidad.

Lamine Yamal, talentoso delantero del FC Barcelona y promesa del fútbol mundial, ha sido protagonista de una polémica que ha sacudido su imagen y ha reabierto el debate sobre el respeto y los derechos de las personas con discapacidad.

El joven futbolista celebró recientemente sus 18 años en una estancia privada en Barcelona, acompañando a más de 200 invitados en una fiesta que, en apariencia, buscaba ser una celebración privada y exclusiva.

Sin embargo, lo que ha causado revuelo en medios y organizaciones sociales fue la contratación de personas con enanismo para actuar como parte del entretenimiento durante el evento.

Según reportes, la celebración de Yamal, que inicialmente estaba prevista para iniciar a las 20:00 horas en horario local, se retrasó debido a las condiciones climáticas adversas.

La fiesta, reservada para un círculo cercano, prohibió el uso de teléfonos móviles y cámaras para proteger la privacidad del futbolista. Entre los asistentes estaban algunos de sus compañeros en el club, como Robert Lewandowski, Gavi, Balde y Marc Casadó, además de un conocido productor musical argentino, Bizarrap.

Lo más polémico fue la contratación de algunas personas con acondroplasia, una condición que causa enanismo, quienes fueron utilizadas como entretenimiento y para tomar fotografías con los invitados, generando un fuerte rechazo por parte de organizaciones dedicadas a defender los derechos de las personas con discapacidad.

La Asociación de Personas con Acondroplasia y Otras Displasias Esqueléticas con Enanismo (ADEE), una agrupación que forma parte de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, emitió un comunicado condenando estos hechos y anunciando que tomarán acciones legales y sociales para garantizar el respeto por la dignidad de dichas personas.

Según la entidad, estas acciones perpetúan estereotipos dañinos, fomentan la discriminación y menoscaban los derechos de quienes padecen acondroplasia u otras displasias esqueléticas.

La presidenta de ADEE, Carolina Puente, expresó su indignación y afirmó: “Es inaceptable que en pleno siglo XXI se siga usando a personas con enanismo como entretenimiento, especialmente cuando forman parte de la esfera pública.

La dignidad y los derechos de las personas con discapacidad no son objeto de diversión ni de uso comercial”.

Este caso no es aislado. En Argentina, por ejemplo, se conoció un episodio similar en 2023, relacionado con el ex intendente de Vicente López, Jorge Macri, quien durante una celebración postelectoral en un boliche, subió al escenario a varias personas con enanismo, contratadas para bailar frente a sus invitados.

En aquel entonces, algunos criticasron que estas acciones reflejaban una actitud despectiva y poco respetuosa frente a las personas con discapacidad.

De acuerdo con medios españoles, la fiesta de Yamal tuvo un costo cercano a los 10.000 euros en contratación y servicios, incluyendo el alquiler del lugar y la presencia de diversos convidados destacados. La polémica ha generado una discusión más amplia sobre el uso de la imagen y figura pública en actividades que puedan cosificar y vulnerar derechos fundamentales.

Desde las redes sociales, ADEE ha agradecido el apoyo recibido tras la denuncia, y ha reiterado su compromiso en seguir luchando por la inclusión y el respeto hacia todas las personas con discapacidad.

La organización ha afirmado que estos hechos deben ser un punto de inflexión para que nunca se repitan prácticas que estigmatizan y tratan a las personas con enanismo como objetos de entretenimiento.

Este incidente, además de poner en evidencia la necesidad de sensibilizar sobre la discriminación y el respeto a los derechos humanos, también recuerda que en la historia del deporte y la sociedad, los valores de igualdad y dignidad deben primar.

La atención pública en estos casos puede servir para avanzar en la eliminación de prejuicios, y para promover una cultura más inclusiva y respetuosa, tanto en el ámbito deportivo como en la vida cotidiana.

La lucha contra la discriminación continúa, y cada acto de valentía puede marcar una diferencia significativa en la percepción social acerca de las personas con condiciones físicas variadas.