La versión renovada de la nota describe el regreso de River a los entrenamientos tras Navidad, la planificación de cinco sesiones previas a la temporada, y los planes de preparación en la Patagonia y Uruguay con dos amistosos confirmados.

Después de las celebraciones navideñas, River Plate volverá a la acción este viernes en el RiverCamp de Ezeiza, donde el entrenador Marcelo Gallardo retomará el contacto con la plantilla para encarar una tanda de cinco entrenamientos consecutivos, pensados para llegar en óptimas condiciones a la etapa de fin de año.

Tras esas jornadas, el equipo tendrá dos días libres y, a partir de allí, iniciará una doble fase de pretemporada: primero en la región patagónica de Argentina y, luego, en Uruguay, con dos amistosos ya previstos frente a Nacional y Peñarol.

El plan no es casual: la idea es recuperar el tono físico perdido durante un año 2025 irregular y encarar un año en el que River volverá a competir al máximo, con la Copa Sudamericana como nuevo objetivo internacional y sin centrarse solamente en la Libertadores.

A menos de un mes para el inicio del Torneo Apertura, River es el único grande del fútbol argentino que ya puso en marcha la preparación, marcando diferencia respecto a otros clubes que suelen ajustar el ritmo de trabajo más cerca de la competencia.

Tras la primera etapa de festejos, el plantel continuará con el calendario de trabajo en el RiverCamp de Ezeiza, donde ya se han llevado a cabo testeos físicos, trabajos de gimnasio y sesiones de campo con carga progresiva para fortalecer la resistencia y la potencia.

El plan logístico contempla una salida el viernes 2 de enero hacia San Martín de los Andes, donde permanecerán hasta el sábado 10. En esa ciudad de la Patagonia, las sesiones serán intensas y se combinarán con actividades en altura para estimular la capacidad aeróbica. Ese mismo día, se producirá un cambio de país: el equipo cambiará de escenario y se trasladará al complejo Solanas de Punta del Este, en Uruguay, para continuar la segunda etapa de la preparación, que se extenderá hasta el domingo 18.

Entre ambas etapas, se sostendrán dos amistosos, que aún no tienen confirmación total, pero ya circulan como parte esencial del plan.

Uno de los posibles choques podría ser el 11 o 12 de enero ante Nacional, equipo al que Gallardo dirigió sus primeros pasos como entrenador y contra el que River no se enfrentó desde su eliminación en cuartos de final de la Libertadores 2020, con diferencias que revitalizan a la afición.

En Uruguay también se maneja la posibilidad de enfrentar a Peñarol, ya que el partido está marcado para el sábado 17 de ese mes. En cuanto a las sedes, aunque no están definidas de forma definitiva, el estadio Domingo Burgueño Miguel de Maldonado suele ser escenario habitual de amistosos de verano y se encuentra a una distancia razonable del complejo Solanas, a unos 15 o 20 minutos, según la organización.

En lo deportivo, River ya incorporó a Fausto Vera y Aníbal Moreno, y continúa buscando refuerzos para reforzar la mitad de la cancha y la defensa central.

Entre los nombres que se siguen citando figura Jhohan Romaña, defensor de San Lorenzo, y Santino Andino, de Godoy Cruz. En el frente de ataque persiste la incógnita del delantero centro: existe una oferta para obtener el 50 por ciento de Tadeo Allende, jugador del Celta de Vigo que puede jugar de 9 pero que también se desdobla por toda la línea de ataque.

Si se concreta la llegada de ese delantero o de otro nombre de alto nivel, River podría ajustar el esquema y reforzar aún más la zona ofensiva. Por ahora, si no llegan refuerzos de primer nivel, Gallardo podría quedarse con lo que tiene y dejar que el puesto de centrodelantero se resuelva entre opciones como Sebastián Driussi, Maxi Salas y Facundo Colidio.

El tiempo dirá cómo se define el perfil del 9 para la próxima temporada y qué tirón tendrán las negociaciones que siguen activas.

Una referencia histórica: en 2019, Gallardo ya dirigió una pretemporada de River en Uruguay, lo que subraya la pretensión del club de combinar trabajo físico intenso con espacios de convivencia y aprendizaje en un entorno que favorece la cohesión del grupo.

Esa experiencia previa, documentada en imágenes de la época, figura como antecedente de la actual estrategia de dividir la preparación entre Patagonia y Uruguay, buscando enriquecer la planificación táctica, mejorar la conexión entre líneas y acelerar la adaptación de los refuerzos.

En ese marco, la última década ha consolidado a River como un equipo que utiliza el período de descanso para fortalecerse física y mentalmente, con la idea de llegar al inicio de la competencia en las mejores condiciones posibles y con una idea de juego que pueda sostenerse durante toda la temporada.

En definitiva, la temporada 2026 se presenta como un reto para River Plate, que intenta convertir la pretemporada en una plataforma de lanzamiento para competir de igual a igual en todas las competencias que lo esperan, manteniendo la coherencia de un proyecto deportivo que ha demostrado, a lo largo de los años, la capacidad de reinventarse sin perder la esencia.