El equipo de Racing igualó 1-1 con Flamengo en Río de Janeiro en un partido de alta intensidad, dejando todo abierto para la revancha en Avellaneda. Un resultado que alimenta las esperanzas argentinas en el torneo continental.

Los hinchas de Racing cultivaron sentimientos encontrados en el Estadio Maracaná tras el empate 1-1 frente a Flamengo, en un partido clave por los octavos de final de la Copa Libertadores.

La alegría por el rendimiento del equipo y el profundo dolor por no haber conseguido la victoria en tierras brasileñas se entremezclaron en una noche que quedó para el recuerdo de los fanáticos académicos.

Este encuentro en Río de Janeiro significó un reto de gran magnitud para la Academia, que enfrentó a uno de los equipos más fuertes de Sudamérica.

Flamengo, con un plantel valorado en aproximadamente 22 millones de euros, buscaba anotar una ventaja que le facilitara la clasificación en la serie. Sin embargo, el conjunto visitante, dirigido por Gustavo Costas, mostró carácter y disciplina, logrando un empate que mantiene abiertas las esperanzas de alcanzar la siguiente fase.

Desde el primer minuto, Racing quiso ser protagonista, actuando con una estrategia ofensiva y valiente. Los argentinos comenzaron el partido con una actitud agresiva, presionando en mitad de cancha y buscando aprovechar los espacios que dejaba la defensa rival.

La primera situación de riesgo llegó con una jugada de Gabriel Rojas por izquierda, que generó una aproximación peligrosa y mostró un Racing que no renunciaba a su intención de buscar la victoria.

Flamengo, por su parte, intentó dominar la posesión del balón y desplegó un ataque dinámico, con estrellas como Giorgian De Arrascaeta y Jorge Carrascal.

Este último, ex River Plate, fue uno de los jugadores más peligrosos de la noche y causó dificultades a la defensa argentina con sus movimientos rápidos y su creatividad en el ataque.

La banda derecha de la defensa de Racing mostró ciertas falencias, especialmente ante las incursiones de Carrascal y Luiz Araújo.

Los brasileños tuvieron varias ocasiones claras, pero la defensa de Racing, en especial Marcos Rojo y Gabriel Rojas, supieron resolver las convergencias con esfuerzo y concentración.

La oportunidad más clara para los visitantes llegó a los 33 minutos, cuando Solari conectó un remate de volea tras un córner, pero el arquero del Flamengo, basileño Antony, realizó una parada de gran categoría para salvar su arco.

Durante el segundo tiempo, Flamengo ganó en intensidad y fórmulas ofensivas, ingresando a Lino y Bruno Henrique en busca de dinamismo en su ataque.

Este cambio de esquema generó más zonas de peligro, aunque Racing respondió con solidez y cierta dosis de fortuna. A los 55 minutos, un error en salida de Conechny casi les cuesta caro, pero el equipo argentino se salvó de milagro. Posteriormente, en una acción estrictamente de pelota parada, Sosa cabeceó solo en el área, anotando un gol que fue invalidado por una falta previa, en una jugada polémica que generó cierta confusión en el estadio.

El partido continuó con varias oportunidades para ambos lados. A los 63 minutos, Flamengo consiguió adelantarse en el marcador gracias a un cabezazo de Samuel Lino, tras un centro preciso de Pedro. Sin embargo, la alegría brasileña fue efímera. A los pocos minutos, la alegría se tornó en angustia cuando el VAR anuló correctamente un gol de Flamengo por offside, dejando el marcador en 1-0 a favor del conjunto carioca.

El equipo argentino, sin perder la calma, buscó el empate con todas sus fuerzas. La insistencia tuvo premio en el minuto 88, cuando Carrascal aprovechó una serie de rebotes en el área y marcó un gol que mantuvo viva la ilusión de clasificación.

La tensión aumentó, y en los últimos minutos, Racing se defendió con orden, pero no pudo evitar que Carrascal, en la segunda llegada clara del equipo brasileño, anotara el segundo gol con un disparo que se desvió en Marcos Rojo, decisivo en la definición de la serie.

Con el pitido final, los casi 60.000 espectadores en el Maracaná dejaron ver su frustración, mientras que los jugadores de Racing celebraron en silencio, conscientes de que tienen una última oportunidad en el próximo partido en Avellaneda.

La vuelta en La Bombonera será decisiva, y aunque el resultado quedó abierto, el espíritu de lucha del equipo argentino deja la sensación de que aún hay historia por escribir en esta emocionante serie de octavos de final.

Los hinchas de Racing, fieles en las buenas y en las malas, confían en su equipo y en la capacidad de revertir el marcador en su estadio. La Copa Libertadores sigue siendo un escenario de grandes emociones, y la próxima semana, en el Cilindro, Racing buscará consagrarse en una competencia donde históricamente ha tenido presencia destacada, habiendo llegado a las finales en 1967 y 1988.

Este resultado en Río de Janeiro, por tanto, no es más que un paso más en la larga historia de lucha y esperanza del club en la máxima competición continental.