El exfutbolista Mauro Zárate rompió su silencio casi siete años después de su controvertido traspaso de Vélez a Boca Juniors, revelando detalles de su experiencia y la tensión familiar que surgió tras el cambio.

Uno de los traspasos más debatidos en el fútbol argentino en tiempos recientes fue el de Mauro Zárate, quien dejó Vélez Sarsfield para unirse a Boca Juniors en julio de 2018. Este movimiento causó una inmensa controversia, ya que Zárate era un ícono del Fortín, y su familia ha estado históricamente vinculada a ese club.

La decisión del delantero generó un gran revuelo entre los aficionados, quienes no tardaron en expresar su desaprobación.

Desde entonces, los hinchas llevaron a cabo protestas que incluyeron desde murales borrados hasta tatuajes que fueron eliminados, y Zárate incluso recibió amenazas hacia él y su círculo más cercano.

Su relación con sus hermanos, Rolando y Sergio, también se vio afectada de manera significativa.

En una reciente entrevista exclusiva con Clank!, Zárate, quien ya ha colgado las botas, compartió algunos detalles que permanecían en la sombra acerca de su polémica transferencia.

Zárate explicó que durante aquellos meses de invierno en 2018, hubo una serie de eventos que marcaron su paso por Boca.

En particular, recordó la intensa semifinal entre Boca y Vélez que se definió en penales, donde él se encargó de ejecutar uno, y su celebración provocó un nuevo choque entre los seguidores de ambos equipos.

El delantero inició su relato comentando: "Nunca pensé que iba a tener problemas con mis hermanos", refiriéndose a la difícil situación familiar después de su traslado.

Cabe recordar que tanto Rolando como Sergio también son futbolistas y muy queridos por los hinchas de Vélez.

Tras el traspaso, la conexión entre ellos se desgastó, y según Zárate, "ya no mantengo relación con ellos".

Continuando su anécdota, Mauro señaló que las circunstancias en Vélez no eran favorables para él.

"No podía seguir con lo que el presidente (Sergio Rapisarda) me proponía, ya que su comportamiento dejó mucho que desear.

Había tenido una primera mitad de año sobresaliente, pero los pagos se retrasaban". Zárate se sintió frustrado, lo que motivó un diálogo con sus hermanos y su pareja, Nati.

Además, reveló un hecho insólito: "Hablé con la barra de Vélez y les propuse: si vos podés cobrar, llamame y hacemos un trato". A pesar de la controversia, Zárate se mostró reflexivo y se disculpó públicamente por el descontento generado.

"No creo que haya otra persona que haya hecho lo que hice yo, de jugar dos veces gratis", enfatizó, recordando sus sacrificios por el club en el pasado.

La relación desgastada con su hermano Rolando, quien siempre había sido su apoyo en el fútbol, es otro punto sensible.

"La reacción de Roly fue totalmente inesperada para mí. Nos causando un dolor profundo a nuestros padres, que ya no están", declaró Mauro.

Sobre su retiro, Zárate dejó claro que el amor por el fútbol permanece.

"Siempre seremos jugadores, aunque luego se pueda ser técnico o representante.

Ser jugador es un estado que nunca se pierde", afirmó. Tras su decisión de abandonar el fútbol profesional, ha decidido dedicarse a disfrutar de la vida y viajar, algo que ya tenía en mente mientras pensaba en su futuro.

Una de las espinas que Zárate tiene clavadas en su carrera es no haber podido representar a la Selección Argentina en competencias importantes.

Aunque formó parte del plantel que ganó el Mundial Sub-20 en 2007, no logró ser convocado para los Juegos Olímpicos en 2008 ni para otras competiciones internacionales.

Según comentó, esto se debió a la incertidumbre sobre su futuro en el deporte, lo que le jugó en contra durante su carrera.