Vélez Sarsfield enfrenta una crisis profunda tras la salida de su entrenador Sebastián Domínguez, motivada por una serie de resultados negativos. Huracán, en cambio, comienza a mostrar una mejoría en su rendimiento.
La situación de Vélez Sarsfield se torna cada vez más crítica después de una nueva derrota, esta vez ante Huracán, que marcó la salida inmediata de su entrenador Sebastián Domínguez.
El técnico, quien solo estuvo al mando en nueve partidos, acordó su desvinculación con la dirigencia en el vestuario tras la derrota y decidió cancelar la conferencia de prensa.
Durante su corto mandato, Domínguez logró una victoria, dos empates y sufrió seis derrotas, anotando solo un gol en la Copa Argentina. En el Apertura, el equipo no solo ha fallado en hacerse con el triunfo, sino que ha establecido un récord negativo al no marcar goles. Ya suman 770 minutos sin convertir en la Liga, y están a solo 105 minutos de romper el récord de Ferro de 1999, que se quedó en 874 minutos sin goles.
En este último encuentro, Huracán se impuso por 2-0 con tantos de Erik Ramírez y Matías Tissera. El equipo dirigido por Frank Kudelka se ha acomodado en el quinto lugar de su zona, a solo tres puntos de los líderes Estudiantes, Tigre y Argentinos, y dos unidades detrás de Boca Juniors.
Practicar buen fútbol en Argentina puede resultar engañoso, ya que el clima competitivo tiene cambios vertiginosos. Solo hace dos meses, el 16 de diciembre de 2024, Vélez había sido campeón tras vencer a Huracán con goles de Claudio Aquino y Damián Fernández.
El duelo entre ambos equipos fue un contraste notable. Huracán, a pesar de no ser el equipo brillante de otras temporadas, mostró un esquema simple y efectivo, cediendo el control del balón a Vélez, que exhibió serias carencias en su capacidad de creación.
La ausencia de Claudio Aquino ha pesado en el rendimiento, pues el equipo no ha sabido reemplazar su nivel en el campo. La última vez que Vélez marcó en el Apertura fue contra Midland, en un partido de Copa Argentina, lo que agrava la situación.
El equipo ha perdido no solo en cuanto a goles, sino también en su capacidad para mantener el juego. En este partido, la altitud de la presión en el campo de juego se evidenciaba a los 15 minutos, cuando comenzó a desnudarse la fragilidad del equipo local.
Huracán aprovechó los errores de su adversario y con un juego de pases preciso, rápidamente abrió el marcador a través de Ramírez.
La noche se tornó aún más oscura para Vélez tras las lesiones de varios jugadores, y con una plantilla diezmada, también sufrieron expulsiones críticas que minaron la moral del equipo.
La segunda tarjeta roja, que dejó a Vélez con solo nueve jugadores, selló su fate. Tissera sentenció el encuentro al marcar el segundo gol, mostrando que, pese a no ser un equipo perfecto, Huracán supo aprovechar las oportunidades de manera efectiva.
La urgencia ahora recae en Vélez, que enfrenta un profundo estado de incertidumbre. La decisión de Sebastián Domínguez de renunciar es solo un primer paso en una crisis que necesita más cambios estructurales. La presión para revertir esta situación se intensifica y la afición está a la espera de ver si el club escuchará sus reclamos y buscará una nueva dirección con el fin de recuperar el rumbo perdido.