El futbolista colombiano Luis Díaz enfrentó críticas por no asistir al funeral de su excompañero Diogo Jota y ser visto en una celebración en Barranquilla, mientras en Europa se velaba al portugués. La polémica se intensifica debido a su ausencia en momentos clave y la aparente contradicción con su apoyo público a Jota en el pasado.

La reciente controversia que involucra a Luis Díaz, delantero colombiano del Liverpool FC, ha generado un profundo debate en redes sociales y entre los aficionados del fútbol.

Todo comenzó cuando se conoció que Díaz no había asistido al funeral de Diogo Jota, su excompañero en el club inglés, quien falleció en un trágico accidente automovilístico en el norte de Portugal durante la semana anterior al 6 de julio de 2025.

Mientras que en Porto, donde Jota residía, el velorio y la ceremonia homenaje se llevaron a cabo con la presencia de familiares y amigos cercanos, en Barranquilla, el ambiente fue completamente distinto.

Allí, Díaz fue visto participando en una fiesta privada junto a influencers y figuras del espectáculo locales. Las imágenes, que rápidamente se viralizaron en redes sociales, mostraban al futbolista colombiano sonriente, firmando autógrafos, bailando y compartiendo momentos de entretenimiento, en contraste con el silencio y la solemnidad en Portugal.

Este comportamiento generó intensas críticas en diferentes ámbitos. La comunidad futbolística y los hinchas cuestionaron la falta de empatía y respeto por parte de Díaz hacia la figura de su excompañero y amigo, especialmente considerando la cercanía que ambos compartieron en momentos difíciles, como cuando el padre del colombiano fue secuestrado por la guerrilla colombiana del ELN en noviembre de 2023.

En esa oportunidad, Jota se solidarizó públicamente con Díaz, exhibiendo una camiseta con su nombre en un gol que anotó en la Premier League, en una muestra de apoyo que fue aplaudida mundialmente.

Además, se supo que Diogo Jota había sido fundamental en la llegada de Luis Díaz a Porto, ayudándole en detalles logísticos y en la adaptación a Europa.

Se informa que incluso alquiló una vivienda para facilitar su asentamiento durante sus primeros meses en el viejo continente. La muerte del portugués impactó profundamente en el entorno del jugador colombiano, quien, en sus redes sociales, manifestó su tristeza diciendo: "Me duele en el alma.

Diogo tuvo un gesto conmigo que me acompañará toda la vida".

No obstante, la publicación de su mensaje emocional fue seguida por imágenes de Díaz disfrutando en eventos sociales y en redes sociales, lo que generó un fuerte rechazo entre los aficionados del Liverpool y seguidores del portuense.

La discordancia entre su expresión pública de afecto y su comportamiento en privado agravó aún más la controversia. Algunos allegados a Díaz defendieron su postura, argumentando que el evento en Barranquilla había sido planificado de antemano y que, por cuestiones logísticas y de agenda, era prácticamente imposible que viajara a Portugal en ese corto plazo.

Asimismo, recordaron que otros jugadores del Liverpool, como Mohamed Salah, Darwin Núñez y Alisson Becker, tampoco asistieron al funeral, pero esto no evitó que la atención recaiga sobre el delantero colombiano.

Las críticas apuntan a una aparente falta de empatía y a una aparente desconexión entre su apoyo público y su comportamiento en privado.

A nivel histórico, cabe señalar que la relación entre jugadores de fútbol y sus momentos de duelo en la vida personal suele ser un reflejo de las presiones y las prioridades en la carrera deportiva.

Sin embargo, la sensibilidad mostrada en estos casos puede marcar la diferencia en la percepción pública y en la empatía de los seguidores.

En conclusión, la polémica en torno a Luis Díaz evidencia cómo las acciones personales de los futbolistas trascienden las canchas y se convierten en temas de debate social.

La expectativa de que los deportistas sean modelos a seguir en todas las facetas de su vida hace que estos incidentes tengan un impacto mayor, generando cuestionamientos sobre la autenticidad de sus gestos públicos frente a sus comportamientos privados.