Una jugada rápida de un alcanzapelotas genera debate en el partido entre Racing y Boca, resaltando la importancia de la atención en el fútbol.
En un emocionante enfrentamiento entre Racing Club y Boca Juniors, un hecho insólito protagonizado por un alcanzapelotas ha vuelto a poner de manifiesto que, aunque el fútbol se juega entre 11 contra 11, las acciones fuera del terreno también pueden tener un impacto significativo en el juego.
En un momento en que Racing atravesaba dificultades y Boca dominaba el ataque, el equipo dirigido por Gustavo Costas encontró una oportunidad de contragolpe.
A pesar de que Marcelo Saracchi logró desviar la pelota, el drama continuó.
Gastón Martirena, el alcanzapelotas, recibió el balón en un movimiento rápido que sorprendió a los jugadores de Boca. Con un grito, logró comunicarse con el defensor, quien reanudó el juego de inmediato. Tan solo un instante después, el balón llegaba a Santiago Solari, quien se lanzó en solitario por la banda izquierda, esquivando la presión del jugador Carlos Palacios.
A pesar de los esfuerzos de Saracchi por recuperar el terreno, el extremo llegó al borde del área y asistió a Luciano Vietto, quien donó el gol a Racing y generó jubilo entre los hinchas.
Martirena, tras la acción, regresó para saludar a Lucas Álvarez, un joven mediocampista que había sido clave en la rapidez de la jugada. Sin embargo, no todos estaban contentos: Fernando Gago, el director técnico de Boca, sintió una gran frustración. Su enojo no se centraba en la rapidez del alcanzapelotas, sino en el hecho de que Martirena había lanzado el lateral desde cerca de diez metros adelante del punto donde la pelota había salido.
Un detalle que pasó desapercibido tanto para el árbitro Yael Falcón Pérez como para el VAR, quienes podrían haber llamado la atención sobre el procedimiento incorrecto.
No es la primera vez que se presenta un incidente de este tipo en el fútbol argentino. El año anterior, durante un partido de Racing, Martín Santoro, un enganche de la Octava División, entregó rápidamente el balón a Gabriel Rojas, quien lo lanzó al campo para asistir a Juanfer Quintero en una jugada que terminó en gol.
Otro caso famoso sucedió en River Plate en 2023, donde la alcanzapelotas Delfina Lombardi entregó rápidamente un balón a Nicolás de la Cruz, generando la jugada que resultó en un gol para el equipo.
En resumen, estas jugadas inesperadas destacan la necesidad de reglas claras y una supervisión cuidadosa durante los partidos. Los alcanzapelotas, aunque puedan ser vistos como figuras menores en el juego, han demostrado su capacidad para cambiar el rumbo de un partido, y es de esperar que la discusión sobre su papel continúe en el horizonte del fútbol argentino.