La Federación Turca de Fútbol ha suspendido a 149 árbitros y asistentes tras descubrir su participación en un escándalo de apuestas ilegales relacionadas con casas de juego online, en el marco de una investigación que también involucra clubes y jugadores del país.
La Agencia Nacional de Fútbol en Turquía ha tomado medidas drásticas ante la creciente preocupación por la integridad en el deporte rey. Este viernes, anunció la suspensión provisional de 149 oficiales de arbitraje y asistentes por su supuesta implicación en un escándalo de apuestas ilegales que ha conmocionado el fútbol profesional del país.
La investigación reveló que varios árbitros habrían estado involucrados en actividades que comprometen la equidad y la justicia en los partidos, poniendo en entredicho la credibilidad de las competiciones nacionales.
İbrahim Hacioğlu, presidente de la Federación Turca de Fútbol (TFF), señaló que desde el pasado lunes su organismo está en marcha en una serie de procedimientos disciplinarios.
“A partir de ahora, nuestra Comisión Disciplinaria procederá con las investigaciones necesarias, remitirá los casos y aplicará las sanciones correspondientes”, afirmó.
Al cierre de la investigación, se confirmaron sanciones de entre 8 y 12 meses para estos oficiales, dejando abiertas otras investigaciones contra tres árbitros más.
El escándalo involucra a más de un centenar de individuos, entre ellos siete árbitros de primer nivel cuyo nombre no ha sido divulgado, además de 15 asistentes de la Primera División, 36 de categorías inferiores y 94 de los niveles más bajos.
Las investigaciones mostraron que diez de los árbitros habían realizado más de 10,000 apuestas en los últimos cinco años, y uno de ellos había llegado a apostar en 18.227 ocasiones. Además, 42 colegiados apostaron en más de mil partidos, lo que levanta serias sospechas sobre la integridad del arbitraje en Turquía.
Hacioğlu indicó que 22 árbitros de un total de 371 que trabajan a nivel nacional estarían involucrados, aunque no especificó sus identidades ni si algunos de estos habrían dirigido partidos en los que apostaron.
La gravedad del asunto ha llevado a que la federación enfatice que la reputación del fútbol turco se fundamenta en la ética y en la justicia, por lo que cualquier violación de estos principios es considerada un daño profundo a la confianza del público.
Las autoridades también constataron que al menos 371 de los 571 árbitros activos en Turquía tienen cuentas en casas de apuestas online, incluyendo varias que corresponden a árbitros de alto nivel.
La investigación también ha extendido su alcance a clubes y jugadores, con fuentes judiciales resumiendo que aproximadamente 3.700 futbolistas están bajo investigación. La influencia del escándalo ha llegado incluso a afectar la organización de partidos: en la próxima temporada, la Asociación Turca de Fútbol delegará en árbitros extranjeros la supervisión de algunos encuentros de la Super Liga para garantizar transparencia.
Un ejemplo de las dificultades que enfrenta el fútbol turco en este contexto fue el arbitraje del clásico de Estambul en febrero, en el que un árbitro internacional fue convocado para cubrir las dudas existentes sobre la imparcialidad de los oficiales locales.
Hasta ahora, la UEFA no ha emitido declaraciones públicas respecto a la situación, pero se espera que, ante reclamos de clubes por decisiones arbitrales cuestionadas, la entidad tome medidas y exija mayores controles y sanciones para defender la integridad del deporte.
Históricamente, Turquía ha sido un país con una larga tradición futbolística, con clubes reconocidos internacionalmente como Galatasaray, Fenerbahçe y Besiktas, que han participado en competiciones europeas desde principios del siglo XX.
Sin embargo, en los últimos años, problemas relacionados con la corrupción y el amaño de partidos han minado la confianza en la competencia, poniendo en jaque la imagen del fútbol local y atrayendo una mayor vigilancia internacional.
En términos económicos, las apuestas ilegales en Turquía representan millones de euros que financian redes ilícitas y ponen en dificultad a las autoridades para controlar el juego y proteger la integridad deportiva.
La imposición de sanciones y la implementación de medidas de transparencia serán fundamentales para recuperar la credibilidad del fútbol turco y detener la escalada de escándalos similares en el futuro.