El equipo de River Plate ganó 2-1 a Boca Juniors en un vibrante encuentro en La Boca, poniendo fin a una sequía de 17 años sin victorias en el Superclásico. La actuación destacada de su arquero, Patricio Aguirre, fue clave para lograr un histórico triunfo en un partido lleno de emociones y momentos decisivos.

El Superclásico de Buenos Aires volvió a tener a River Plate como protagonista en una noche memorable en La Boca. El equipo dirigido por Mauro Riente logró una victoria importante de 2-1 frente a su clásico rival, Boca Juniors, cortando una racha de 17 años sin ganar en este enfrentamiento en la Bombonera.

Este resultado fue celebrado con entusiasmo por la afición millonaria y marcaron un momento histórico para el club.

El encuentro, disputado ante un público de aproximadamente 1500 hinchas en el polideportivo Benito Quinquela Martín, fue escenario de un partido intenso y emocional, con un primer tiempo sin goles.

La emoción llegó en el inicio del complemento, cuando Iván Curet, luchador y talentoso futbolista, puso en ventaja a River con un potente zurdazo que entró por la escuadra.

Este gol significó un golpe duro para Boca, que buscaba mantener su racha positiva en enfrentamientos recientes.

Pese a la ventaja visitante, Boca no bajó los brazos, y en los minutos siguientes se volcó al ataque, generando varias ocasiones de peligro. Sin embargo, la figura destacada del encuentro fue el arquero y capitán de River, Patricio Aguirre. Su desempeño fue excepcional, protagonizando una serie de atajadas fundamentales, entre ellas, un penal ejecutado por Lautaro Yáñez que pudo haber empatado el partido.

Aguirre mostró agilidad y precisión, deteniendo el disparo cuando el local afrontaba la desventaja numérica tras las expulsiones de Julián Caamaño y Eliseo Romero.

El tanto de Boca llegó sobre el final del partido, cuando Lautaro Yáñez anotó de cabeza tras una buena asistencia, colocando el marcador en 2-1. A pesar del esfuerzo del equipo local, la respuesta de Aguirre y de toda la defensa de River fue sólida, asegurando la victoria y la histórica alegría para los jugadores y la hinchada visitante.

Este triunfo tiene un significado especial para River, que en los últimos años había tenido dificultades para imponerse en el territorio de Boca. La última victoria en La Boca había sido en el torneo Apertura de 2008, en aquella oportunidad con un resultado de 3-2 en un partido memorable. Desde entonces, las visitas a La Bombonera habían sido marcadas por derrotas y empates.

Además, este resultado se enmarca dentro de un torneo largo de 34 jornadas, en el cual River ahora ocupa la cuarta posición con 37 puntos, a solo uno de su máximo rival, Boca, que se mantiene en la cima con 38 unidades.

La victoria también representa un impulso anímico importante para los dirigidos por Mauro Riente, que buscan mejorar su rendimiento en el campeonato y cerrar el año con buenas sensaciones.

Asimismo, vale recordar que en 2025, Boca se coronó campeón de la Supercopa al vencer en la final a River, en la primera parte del año, por lo que este triunfo de los visitantes representa un paso importante en la lucha por la supremacía en el fútbol argentino.

La historia de esta rivalidad, que se remonta a principios del siglo XX, ha visto a ambos equipos protagonizar partidos llenos de goles, polémicas y gloria, consolidando su carácter de duelos emblemáticos del deporte en Argentina.

En definitiva, la noche en La Boca quedará en la memoria de los hinchas de River como un momento de reivindicación y de superación. El mérito también se lo lleva la actuación estelar de Patricio Aguirre, cuyo liderazgo en la portería fue determinante para asegurar el resultado y devolver la alegría a la afición millonaria.

La expectativa ahora está puesta en próximos enfrentamientos, que prometen ser igual de emocionantes en la carrera por el título.