El historial de malos resultados del equipo de Avellaneda se extiende con una nueva derrota, esta vez 2-0 frente a Lanús en un partido marcado por errores defensivos y la frustración de los hinchas. Los de Quinteros suman 14 partidos sin victorias y están en el fondo de su grupo.
La pesadilla de Independiente continúa esta temporada. En el primer encuentro de Gustavo Quinteros en su segunda etapa dirigiendo al equipo, el ‘Rojo’ volvió a sumar una derrota, en esta ocasión por 2-0 frente a Lanús en un duelo disputado en Avellaneda.
La derrota representó el tercer partido consecutivo sin victorias para el club, dejando a los hinchas cada vez más desilusionados y enojados con el rendimiento de su equipo.
Este resultado mantiene a Independiente en una racha de 14 partidos sin conocer la victoria, igualando así su segundo peor secuencia en toda su historia, solo superada por la racha de 17 partidos sin triunfos en la década de 1970.
Además, el equipo se encuentra en la última posición de la Zona B del Torneo Clausura, lejos de cualquier opción de clasificar a un torneo internacional esta temporada.
Desde el inicio del partido, Independiente mostró signos de mejoría comparado con partidos anteriores. Los primeros 25 minutos fueron quizás los mejores en lo que va del semestre, con un equipo que salió a comerse a Lanús con una hambre voraz. Sin embargo, esa efervescencia no fue suficiente y los fallos en área propia condenaron a los locales.
El conjunto de Avellaneda tuvo varias ocasiones claras para abrir el marcador en esa etapa inicial: un cabezazo desviado de Ignacio Pussetto, una definición fallida de Santiago Montiel que terminó en las manos del arquero tras una buena maniobra y remates sin suficiente precisión de Pablo Galdames y Luciano Cabral.
La figura del partido fue el arquero visitante, Lautaro Losada, quien se destacó con varias atajadas fundamentales para mantener la valla en cero.
Caía la lluvia en Avellaneda, pero en el campo las gotas de agua que caían parecían reflejar la frustración que se vivía en las tribunas. En ese contexto, Lanús aprovechó un error defensivo en el medio, donde Federico Vera y Rodrigo Rey no lograron coordinarse, permitiendo que Marcelino Moreno diera un pase largo a Walter Bou.
El atacante no dudó y, con poca potencia, envió un pase cruzado que fue mal despejado por Rey. El arquero de Independiente quedó pagando y Bou, atento, convirtió el primer gol del encuentro, marcando el 1-0 para Lanús.
El golpe fue duro para los locales, que vieron cómo el empate se escapaba en un error que fue calificado por muchos como infantil. La afición reaccionó con silbidos y murmullos de impaciencia, evidenciando su creciente descontento con la gestión del equipo y sus resultados.
El técnico Gustavo Quinteros fue expulsado por una decisión arbitraria, en una disputa que remite a antiguos enfrentamientos entre el entrenador y el árbitro Fernando Echenique.
Antes de su salida, decidió reemplazar a Pablo Galdames por Leonardo Godoy, buscando mejorar la estabilidad en el medio campo.
En la segunda parte, Independiente buscó con más ímpetu el empate, con cambios que intentaron inyectar energía al equipo. Enzo Taborda, ingresado por Cabral, aportó frescura y movilidad, mientras que la defensa de Lanús se mantuvo firme, ayudada por la madera y las buenas intervenciones del arquero Losada.
El árbitro también tuvo su papel en el desarrollo del encuentro, expulsando a Rodrigo Montiel por doble amonestación tras una falta infantil en la mitad de la cancha.
A pocos minutos del final, Rodrigo Castillo puso cifras definitivas tras un cabezazo en área rival, sellando la derrota del 'Rojo'.
Con esta derrota, Independiente se acerca peligrosamente a una de sus peores rachas históricas y aumenta la incertidumbre sobre su futuro en el torneo.
La próxima jornada será crucial para que el equipo pueda revertir esta mala tendencia y empezar a sumar de a tres, algo que no logra desde hace más de cinco meses.
Cabe destacar que, en un contexto histórico, la institución de Avellaneda ha pasado por períodos similares de dificultades, con descensos en los ’80 y ’90, y momentos en los que la presión social y deportiva obligaron a cambios importantes en su estructura.
La afición, por su parte, continúa exigiendo cambios profundos que acerquen al club a la senda de la recuperación y la competitividad que tanto anhela.
Mientras tanto, en otros partidos de la jornada, los clubes grandes de Argentina siguen alternando resultados y tratando de mantener sus aspiraciones.
La definición del torneo se acerca, y la situación de Independiente refleja la difícil realidad del fútbol argentino, donde la suerte, la contundencia y la gestión son clave para salir del pozo y recuperar la gloria perdida.