El mediocampista Guido Mainero, originario de Córdoba, fue la figura destacada en la conquista del título con Platense tras eliminar a grandes equipos en los playoffs, incluyendo a Racing, River, San Lorenzo y Huracán. Su gol, soñado y clave, refleja su humildad y el espíritu de equipo que lo llevó a esta hazaña.
La alegría de Guido Mainero, autor del tanto que aseguró el título para Platense, tras una emocionante final, no puede describirse totalmente con palabras.
Con una sonrisa que evidencia su carácter humilde, el mediocampista argentino de 30 años, con acento cordobés que revela sus raíces, expresó lo que significa esta victoria: “Somos un grupo sencillo que sueña en grande”.
Mainero inició su camino en las inferiores de Instituto de Córdoba, donde debutó en la Primera División en 2014. Tres años después, fue adquirido por Vélez Sarsfield, que controló su ficha hasta 2023, aunque en ese período estuvo cedido en diferentes clubes.
Su carrera también lo llevó a jugar en Defensa y Justicia, en el fútbol chileno con Deportes Iquique y en Sarmiento de Junín, siempre demostrando su capacidad y versatilidad en el medio campo.
A principios de 2024, volvió a su club de origen, Instituto, y en mitad de ese año, se unió a las filas de Platense, club que le dio la oportunidad de brillar en una instancia tan crucial.
Este título no solo es un logro personal sino también una muestra del trabajo en equipo y de la dirección técnica que los llevó a soñar en grande.
Mainero resaltó: “Este triunfo es gracias a todos los que formamos parte del grupo, a la confianza que nos brindó el cuerpo técnico, y a la comunidad que siempre nos apoyó.
Hicimos una buena fase de grupos y en las eliminatorias fuimos a la altura de todos los rivales que nos enfrentaron”.
Su gol en la final será recordado por mucho tiempo. Cuando la pelota entró en la red, Mainero no podía creer la emoción. Él mismo contó: “No lo podía creer cuando vi que entraba la pelota, fue como un sueño. Antes del partido, les pedí a los chicos que soñaran con hacer un gol. No sabíamos quién sería el autor, y entonces me tocó a mí. Esto es para todo el grupo, para mi familia, mi esposa, mis hijas y mis padres, así como para mis amigos y todos los que están en nuestra esquina”.
Este triunfo de Platense representa una hazaña en la historia del club, que en su historia ha tenido altibajos pero siempre con la pasión como bandera.
La victoria en los playoffs, que los llevó a coronarse campeones, fue lograda con esfuerzo y constancia, tras superar en las eliminatorias a equipos como Racing, River Plate, San Lorenzo y Huracán, en un camino que quedará marcado en la memoria de sus seguidores.
El gol de Mainero no solo fue un momento de felicidad para el equipo, sino que también reflejó la importancia del esfuerzo colectivo en la consagración.
En cifras, el valor del título y las instancias de competición en Argentina, uno de los campeonatos más competitivos del fútbol sudamericano, representan un hito.
La inversión en jugadores y los recursos para sostener un equipo en esas fases suele superar los 50 millones de euros, una cifra que evidencia la inversión y la pasión que acompañan a este deporte en la región.
En definitiva, la historia de Guido Mainero y Platense es un ejemplo de cómo el trabajo en equipo, la humildad y los sueños pueden llevar a logros emocionantes y difíciles de olvidar en el fútbol argentino y sudamericano, alimentando la pasión de millones de hinchas a lo largo del continente.