El club argentino Godoy Cruz anunció la salida de Esteban Solari y la incorporación de Walter Ribonetto como nuevo entrenador, con la esperanza de revertir su situación en la temporada y afrontar desafíos clave en la Copa Sudamericana y el torneo local.
En un movimiento estratégico, el club argentino Godoy Cruz anunció en las últimas horas la salida de su director técnico Esteban Solari, tras una serie de resultados que no alcanzaron las expectativas del club.
La decisión fue comunicada apenas minutos después del partido perdido 2-1 contra Gimnasia y Esgrima La Plata, que marcó el fin del ciclo del entrenador, quien estuvo al mando del equipo desde el 18 de febrero.
Durante estos casi seis meses, Solari logró cosechar un balance de 5 victorias, 11 empates y 5 derrotas, en un momento en el que el equipo atraviesa dificultades en el torneo local.
El rendimiento de Godoy Cruz en el Torneo Clausura no fue mejor, ya que todavía no logró una sola victoria en la competencia, habiendo sumado únicamente tres empates y una derrota.
Estos resultados lo sitúan en la posición 23 de la tabla anual, muy cercano al descenso, y alejado de las posiciones que permiten clasificar a las copas continentales.
La reciente racha negativa llevó a la directiva, liderada por el presidente Alejandro Chapini, a decidir un cambio en la dirección técnica con la esperanza de mejorar el rendimiento y revertir la delicada situación.
El club comunicó oficialmente que, de común acuerdo, se ha decidido concluir la relación contractual con Solari; en sus palabras, agradecieron “su dedicación y profesionalismo en este tiempo” y desearon éxitos para su futuro.
En paralelo, se anunció la llegada de Walter Ribonetto como nuevo entrenador, quien asumirá inmediatamente y debutará el próximo jueves en un encuentro crucial ante Atlético Mineiro en los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Ribonetto, de 51 años, ya tiene experiencia previa en el club, donde trabajó entre 2017 y 2018 como ayudante de Diego Dabove. A lo largo de su carrera, ha pasado por varios equipos, incluyendo Talleres de Córdoba, al que dirigió en 2024, logrando llevarlo a los octavos de final de la Copa Libertadores.
Antes de esa incursión, dirigió a Melgar de Perú, donde sumó 13 victorias, 8 empates y 9 derrotas, en una aventura que finalizó hace apenas dos semanas.
Su llegada al club mendocino representa un intento de revitalización, asumiendo un reto importante: en pocos días debe preparar al equipo para enfrentarse a uno de los rivales más fuertes de Brasil en la Copa Sudamericana, en Belo Horizonte.
Además, en la misma semana, Godoy Cruz disputará un partido clave contra River Plate en el Monumental, y posteriormente enfrentará a Vélez en su cancha en busca de una mejor posición en la tabla.
El próximo jueves será un momento decisivo para Ribonetto, que tendrá que demostrar su capacidad para motivar y mejorar a un equipo que necesita urgentemente sumar puntos y resultados positivos.
La presión por revertir la situación es alta, y la afición espera que el cambio en la dirección técnica sea la chispa que impulse al conjunto hacia una etapa más prometedora en la segunda mitad de la temporada.
Desde la directiva y el plantel, hay optimismo y compromiso de cara a estos desafíos, consciente del papel clave que jugará la estrategia y la motivación en los próximos partidos.
La historia reciente del club refleja cómo cambios similares en el pasado han servido para revitalizar a los equipos, aunque siempre con el riesgo de que la adaptación a una nueva dirección puede tardar en dar frutos.
Sin embargo, la apuesta por Ribonetto, con experiencia tanto en Argentina como en el extranjero, busca marcar un punto de inflexión en la trayectoria del equipo mendocino en esta temporada.