El torneo Clausura 2025 de la Liga Argentina presenta cifras históricamente bajas en goles, reflejando una tendencia que se acentuó en los últimos años y que preocupa a jugadores, técnicos y aficionados por igual.

Desde el comienzo del Torneo Clausura 2025, las estadísticas dejan en evidencia una tendencia preocupante en el fútbol argentino: una marcada caída en la cantidad de goles anotados en comparación con temporadas anteriores.

En las dos primeras jornadas, se contabilizaron apenas 61 goles en 30 partidos, lo que refleja un promedio de 2,03 goles por encuentro, cifra que se distancia notablemente de los años dorados en materia de efectividad goleadora.

Históricamente, el fútbol en Argentina ha sido sinónimo de mucho goleo, sobre todo en las décadas del 30 y 40, cuando los registros no bajaban de las 3,5 goles por partido en varias temporadas.

En la época, la pasión por el ataque y las innovaciones en las formaciones tácticas impulsaron un fútbol vibrante, que se traduce en estadísticas que hoy parecen lejanamente remotas.

Por ejemplo, en el Apertura 97, el torneo más goleador de los últimos 40 años, se lograron un total de 574 goles en 190 partidos, con un promedio de aproximadamente 3,02 goles por encuentro.

Sin embargo, en la actualidad, esa tendencia se ha invertido, y los promedios de goles están en su nivel más bajo desde hace varias décadas. La temporada 2024 también reflejó esa realidad, con un promedio de apenas 1,98 goles en 255 partidos.

El panorama actual no sólo es destacado por su poca cantidad de goles, sino también por la intensidad con la que se disputa cada encuentro. El fútbol argentino se caracteriza por su fricción, presión y un estilo de juego muy parejo, lo que hace que las chances claras de gol sean cada vez menos frecuentes y que la efectividad en la definición sea clave para ganar partidos.

Desde el punto de vista histórico, cambios en las reglas y sistemas de puntuación han influido en las tendencias goleadoras. En los años 90, el pasaje de 2 a 3 puntos por triunfo incentivó el ataque y elevó los promedios de anotaciones. Pero desde 2010, los registros se estabilizaron en cifras cercanas a dos goles por partido, en un proceso que refleja una disminución progresiva.

El impacto de la pandemia también fue sensible: la Copa Diego Maradona de 2020, disputada en plena pandemia, presentó un promedio de 2,64 goles, pero esa tendencia decreciente continuó en los torneos siguientes.

La temporada 2022, por ejemplo, cerró con un promedio de 2,19 goles, mientras que en 2023, esa cifra quedó en 2,06, antes de experimentar una ligera recuperación en la Copa de la Liga 2024 con 2,22.

Otra muestra de la baja en la producción goleadora es que en las primeras dos fechas del Clausura 2025, 6 de los 30 partidos terminaron sin goles, y en total, 36 de los 255 partidos disputados en el torneo pasado concluyeron 0-0, lo que representa un 14%.

Por otro lado, los resultados de 1-0, 2-1 o resultados sin muchas emociones se repiten con frecuencia, reafirmando que la efectividad y la puntería son hoy en día aspectos determinantes.

A nivel individual, los goleadores de la liga no atraviesan rachas sobresalientes, y muchos de los referentes en la delantera no logran superar la decena de tantos en toda la temporada.

La falta de rendimiento frente a un fútbol cada vez más físico, con muchas pérdidas y juego friccionado, explica en parte esta situación.

En definitiva, la tendencia a la baja en los goles en el fútbol argentino en los últimos años refleja cambios en estilos de juego, sistemas tácticos y quizás también en las condiciones físicas y psicológicas de los futbolistas.

La expectativa ahora es si en las próximas fechas el campeonato logrará revertir esta tendencia, o si continuará imitando esa tradición de goles escasos que parece marcar una nueva era en la Liga Argentina.