La emblemática curva de Saint Devote en el circuito de Mónaco ha sido escenario de innumerables incidentes a lo largo de la historia del automovilismo.

Desde accidentes memorables como el de 1980, cuando el Tyrrell de Derek Daly se elevó por encima del coche de Jean Pierre Jarier, hasta momentos recientes que han quedado en la memoria de los aficionados.

La belleza de esta variante, que finaliza junto a la pequeña capilla de Saint Devote, contrasta con la peligrosidad que representa en cada carrera.

En los primeros días de los entrenamientos para la edición de 2024 del Gran Premio de Mónaco, los pilotos dejaron diversas impresiones sobre sus desempeños en la pista.

Entre los que destacaron por su bajo rendimiento estuvo el joven piloto argentino Franco Colapinto, que forma parte del equipo Alpine. Durante los ensayos, Colapinto prefirió centrarse en el trabajo de adaptación y en completar vueltas sin arriesgarse a accidentes, a diferencia de otros competidores que trataron de marcar tiempos más agresivos.

En estas jornadas, Charles Leclerc, el local y favorito de la casa, fue quien demostró mayor velocidad, logrando los mejores tiempos en ambas sesiones.

Sin embargo, el protagonismo del día también fue para Colapinto, quien recorrió la circuitación con diferentes compound de neumáticos —duros y blandos— para ir comprendiéndolos y optimizando su rendimiento.

Al inicio, con los neumáticos más duros, sus tiempos estaban en torno a 1 minuto, 14 segundos y 8 décimas, a más de 2,8 segundos del registro del líder de la jornada, Leclerc.

Más tarde, con gomas blandas, mejoró su marca a 1 minuto, 13 segundos y 4 décimas, aunque eso le dejó en la posición 13.

El trabajo en pista de Colapinto durante los entrenamientos fue clave para su proceso de aprendizaje, ya que cada vuelta le brindó información valiosa para entender mejor el comportamiento del auto en un circuito tan técnico y exigente.

Además, evitó accidentes y se concentró en recoger datos para la carrera, que se disputará en las calles del Principado en unos días.

En su análisis, el piloto argentino comentó: “Aquí, para sacar el máximo rendimiento, casi hay que rozar los límites de los guardrails, lo que requiere máxima concentración.

La experiencia en Imola nos enseñó que hay que cuidar mucho el coche, y en esta pista también es importante gestionar bien los parones en boxes, ya que una pequeña diferencia en la estrategia puede afectar todo el resultado”.

A pesar de estar lejos de sus compañeros en los tiempos, Colapinto remarcó que cada tanda es una oportunidad para mejorar y que su principal objetivo en estos momentos es sumar kilómetros y acostumbrarse al auto y al equipo.

“Lo importante ahora es seguir acumulando experiencia, aprender cada detalle y estar listo para la clasificación y la carrera”, afirmó.

La jornada estuvo marcada además por un incidente temprano del piloto local, Leclerc, que chocó en la curva de Fairmont al inicio del entrenamiento.

El monagesco perdió el control de su Ferrari y tuvo que dirigirse a los boxes para reparaciones, aunque posteriormente logró mantenerse competitivo y marcar tiempos sólidos en las sesiones siguientes.

Respecto a la clasificación, las expectativas están centradas en la estrategia que puedan implementar los equipos, ya que en Montecarlo sobrepasar a los rivales resulta sumamente difícil.

Con las dos paradas obligatorias en los pits, la gestión de neumáticos y la precisión en la ejecución serán fundamentales para definir la posición en la parrilla de salida.

Esta edición del Gran Premio de Mónaco promete ser uno de los desafíos más complicados para los pilotos, sobre todo para Colapinto, quien encara su primera participación en esta pista histórica.

La atención se mantendrá en los entrenamientos de hoy y en la sesión de clasificación que se disputará el sábado por la tarde, donde se podrán definir muchas de las expectativas para la carrera del domingo.