El piloto argentino, Franco Colapinto, finalizó en la posición 20 en la segunda práctica del Gran Premio de Hungría, evidenciando problemas con el rendimiento de su Alpine. La jornada dejó situaciones tensas en pista y una notable diferencia de rendimiento respecto a su compañero Pierre Gasly, mientras trabaja en mejorar el rendimiento para las próximas etapas.
El comienzo del fin de semana en el Gran Premio de Hungría no fue el esperado para Franco Colapinto. El piloto argentino, que compite con un monoplaza de Alpine, enfrentó un día complicado en la primera jornada de actividades, registrando el puesto 20 en la segunda sesión de libres.
Lo preocupante para el joven corredor fue la notable falta de potencia y ritmo en su coche, problemas que han sido recurrentes en su temporada y que, una vez más, quedaron evidenciados en Budapest.
Tanto en las vueltas rápidas como en el ritmo general del día, el monoplaza de Colapinto quedó lejos de los puestos delanteros, dejando en evidencia las dificultades técnicas y de rendimiento del equipo francés.
Solo unos pocos pilotos, incluido su compañero Pierre Gasly, lograron mejorar ligeramente respecto a su posición, pero sin alcanzar los niveles competitivos deseados.
El joven piloto argentino se mostró visiblemente frustrado tras la jornada. En declaraciones a la prensa, comentó: "Hoy no encontramos el grip necesario, y eso nos ha costado mucho. Hay que entender qué es lo que nos afecta y evaluarlo esta noche, porque todavía es solo viernes y aún queda mucho por mejorar para la clasificación de mañana.
Nos encontramos en una situación complicada, muy lejos del nivel que necesitamos".
Colapinto también explicó que los cambios realizados en su monoplaza durante los ensayos no dieron los resultados esperados y que diferentes configuraciones están siendo analizadas para decidir cuál será la mejor opción para la clasificación y la carrera.
"Probamos varias cosas, pero todavía no logramos encontrar el camino correcto. Esto nos obliga a trabajar duro esta noche, pero el objetivo es revertir esta situación para que el coche tenga un mejor rendimiento mañana".
Sin embargo, el día no estuvo exento de incidentes. En el cierre de la última sesión, Colapinto enfrentó una situación que agregó tensión a su jornada: al acercarse a la última curva del circuito de Hungaroring, se encontró con Ollie Bearman, un rival que tiene una historia de encontronazos con el argentino.
El piloto británico, conduciendo su Hass, circulaba lentamente y en lugar de abrirle paso, aceleró en plena competencia, arruinando la vuelta rápida de Colapinto.
La reacción del argentino fue de molestia, y en diálogo con su ingeniero, Stuart Barlow, no dudo en expresar su frustración, llamando a Bearman “un idiota”.
Este incidente no fue aislado: en la temporada pasada, Colapinto ya había vivido un encontronazo con Bearman en el Gran Premio de Brasil, cuando el británico, en su entonces papel de remplazo en Haas, tocó al argentino desde atrás, siendo sancionado con una penalización de diez segundos.
Las tensiones entre ambos piloto continúan, y esta rivalidad, además de las actitudes en pista, tiene antecedentes que van más allá de la Fórmula 1.
La historia de la relación entre Colapinto y Bearman también tiene una dimensión personal, ya que la pareja de Bearman, Estelle Ogilvy, ha tenido vínculos sentimentales anteriores con el argentino.
Para Colapinto, estos problemas y episodios en pista reflejan la complejidad de su temporada y los desafíos que aún le quedan por afrontar en la máxima categoría del automovilismo.
La calma y el análisis durante la noche serán clave para buscar las soluciones que le permitan mejorar su rendimiento en las próximas sesiones y seguir aprendiendo en su primer año en la Fórmula 1."