Una dramática carrera en Montecarlo terminó en un accidente casi fatal para Pierre Gasly, quien sufrió una avería de frenos y estuvo a punto de colisionar con Yuki Tsunoda y Colapinto. La carrera se caracterizó por momentos de alta tensión y peligros que pusieron en jaque la seguridad en la pista.
En una jornada marcada por incidentes y escenas de intensa tensión, el Gran Premio de Montecarlo fue escenario de un episodio que pudo haber tenido consecuencias fatales para Pierre Gasly.
La carrera, que en ese momento lideraba con autoridad Lando Norris, vivió un momento de desesperación cuando Gasly sufrió una avería en su coche que casi termina en un desastre.
El incidente ocurrió en el noveno giro de la carrera, en un tramo conocido por sus curvas cerradas y su singular dificultad. Gasly, que había hecho una parada en la primera vuelta para cambiar a neumáticos medio, venía desde atrás con intención de subir puestos en la clasificación.
Sin embargo, al salir del túnel, el francés experimentó una falla severa en los frenos de su Alpine, lo que le provocó una pérdida de control inminente.
Lo peligroso del momento fue la colisión que tuvo con Yuki Tsunoda, piloto de Red Bull. Gasly lo embistió de lleno, en una maniobra que afortunadamente no dejó daños mayores en el monoplaza japonés. La perspectiva, sin embargo, era muy distinta para el coche de Gasly, que quedó seriamente dañado: la parte frontal completamente destruida, con la rueda delantera izquierda fuera de funcionamiento, y la carrocería con evidentes signos de impacto.
Luego del golpe, Gasly continuó por la chicane, sin poder frenar, en una trayectoria que parecía encaminada a una colisión más grave. En ese momento, en la pista también estaba Emilio Colapinto, a quien Gasly parecía dirigirse de manera inevitable. La acción rápida de Colapinto, que reaccionó al ver la situación en su espejo retrovisor, fue fundamental. El argentino esquivó por poco la trayectoria del Alpine, evitando una carambola que, por la configuración de la curva, podría haber involucrado a más vehículos y provocado lesiones.
Mientras tanto, la carrera seguía con banderas amarillas, pero sin presencia de coche de seguridad. Los oficiales en pista no dispusieron la interrupción, a pesar de los restos del coche de Gasly esparcidos sobre el asfalto, lo que generó cierta controversia y preocupación.
Los mecánicos de Alpine intentaron en vano reparar el monoplaza en el box, pero la complejidad de la avería y la pérdida de control hicieron inevitable la retirada del piloto francés.
Este episodio se suma a los múltiples accidentes que han marcado la historia del Gran Premio de Montecarlo, una de las carreras más emblemáticas de la Fórmula 1.
Con una tradición que data desde 1929, este circuito urbano ha sido escenario de momentos históricos y tragedias que han reducido la lista de vencedores a algunos de los mejores pilotos del mundo.
Es importante destacar que en 2024, la FIA implementó nuevas medidas de seguridad y control de fallas mecánicas tras varios accidentes peligrosos en otras temporadas.
La situación de Gasly refleja la importancia de estas mejoras, aunque también evidencia lo impredecible que puede ser una carrera en un trazado tan exigente y estrecho como Montecarlo.
La jornada sirvió como recordatorio de los riesgos inherentes a este deporte y la necesidad de una constante revisión de protocolos para garantizar la seguridad de pilotos y espectadores.
Mientras tanto, Gasly se recupera de este susto y espera regresar a competir en futuras carreras, dejando en claro la peligrosidad que rodea a la máxima categoría del motor.