Un destacado encuentro en la serie tri-nacional de T20 vio a Nueva Zelanda asegurar una victoria importante frente a Sudáfrica, gracias a una notable actuación de Robinson y un prometedor debut de Bevon Jacobs.
En un emocionante partido de la serie tri-nacional de T20, disputado el 17 de julio en Mumbai, Nueva Zelanda logró una victoria ajustada por 21 carreras sobre Sudáfrica.
El encuentro fue definido por el sólido rendimiento de la pareja formada por Tim Robinson y el debutante Bevon Jacobs, quienes protagonizaron una alianza decisiva para las aspiraciones de los neozelandeses en esta serie.
Robinson, que se convirtió en uno de los jugadores clave del equipo, anotó 75 carreras sin ser salido, en 57 balones, mostrando precisión y control en su estilo de bateo.
Por su parte, Jacobs, quien hizo su primera aparición en el equipo nacional, respondió con un potente golpe al colocar tres golpes de seis, logrando 44 carreras sin perder su wicket.
Juntos, lideraron a Nueva Zelanda a una puntuación final de 173-5, tras un inicio complicado en el que se desplomaron a 70-5 en los primeros 10 overs.
El partido estuvo marcado por la rápida caída de Sudáfrica, que fue eliminada en 18.2 overs con un puntaje de 152. La actuación de los lanzadores rápidos Jacob Duffy y Matt Henry fue fundamental, compartiendo entre ambos seis wickets. Duffy, que supuestamente había estado en recuperación de una lesión, mostró un rendimiento sobresaliente con unas cifras de 3 wickets por 20 carreras, mientras Henry concluyó con 3 por 34.
El inicio del innings sudafricano fue prometedor, con Lhuan-dre Pretorius logrando 27 carreras en 18 balones, incluyendo seis límites, y poniendo a su equipo en marcha.
Sin embargo, la rápida respuesta de los lanzadores neozelandeses fue determinante. Pretorius intentó guiar un lanzamiento más lento de Henry hacia el tercer lado, pero fue atrapado por el wicketkeeper Tim Seifert con una cortina de outside edge.
Rubin Hermann también fue eliminado por Duffy tras un intento de golpe con balón corto y fue atrapado en mediocampo.
Sudáfrica intentó darle un giro a la situación promoviendo a Muthusamy, un spinner zurdo, en la posición de número 4, pero fue eliminado rápidamente por el mismo Duffy.
La capitana Rassie van der Dussen fue víctima de una brillante jugada de Mitchell Santner, quien la run out en una jugada rápida, dejando al equipo en 62-5 en el noveno over.
En el intento por recuperar el control, Dewald Brevis anotó 35 carreras en 18 bolas, y George Linde aportó 30 en 20, pero ambos se quedaron cortos al intentar golpes de gran impacto contra Henry y Duffy.
La tensión aumentó cuando Duffy estuvo en un hat-trick, eliminando consecutivamente a Maphaka y Kwena Maphaka, pero Lungi Ngidi logró sobrevivir al tercer lanzamiento.
Henry cerró el partido con la atrapada de Gerald Coetzee en mediocampo, asegurando la victoria para Nueva Zelanda.
El regreso de Devon Conway, que supuestamente había estado fuera por lesiones, fue breve, durando solo siete bolas antes de ser eliminado por Maphaka.
Otros jugadores como Daryl Mitchell y Mitchell Hay no lograron alcanzar cifras de doble dígito, mientras que James Neesham sufrió su séptimo duck en T20, al ser atrapado en la esquina profunda tras un intento de golpe.
La pareja Robinson-Jacobs fue la gran protagonista del partido, con una alianza de 103 carreras que revivió las esperanzas de Nueva Zelanda. Cerraron el innings con una espectacular construcción en los últimos 5 overs, anotando 63 carreras y asegurando la victoria. Robinson, que alcanzó su medio siglo con un seis, fue respaldado por Jacobs, quien aportó con su potencia y precisión en los golpes.
Este resultado marca un punto de inflexión en la serie, y aunque presuntamente algunos jugadores neozelandeses estaban en proceso de recuperación de lesiones, supuestamente el equipo mostró una gran determinación y talento para mantenerse competitivo.
La serie continúa siendo una plataforma para que las selecciones muestren su potencial, y con esta victoria, Nueva Zelanda se posiciona con buenas expectativas de avanzar en el torneo.
En resumen, un partido lleno de emociones, con actuaciones destacadas y un debut prometedor que refleja el crecimiento del cricket en ambas naciones, especialmente en un contexto donde los equipos buscan consolidar sus formaciones para futuras competencias internacionales.