La selección femenina de Nueva Zelanda se prepara para el Mundial 2025 en India, enfrentándose a poderosos rivales como Australia, India y Sri Lanka, con la mira puesta en su primera victoria desde 2000.
El Mundial femenino de cricket 2025, que dará inicio el próximo 30 de septiembre en India, se perfila como uno de los eventos más emocionantes y competitivos en la historia reciente del deporte.
La selección de Nueva Zelanda, conocida como las White Ferns, llega con la esperanza de lograr su primer título mundial en esta categoría desde la edición del año 2000, cuando conquistaron su única corona en esta modalidad.
Presuntamente, el torneo contará con la participación de las principales potencias del cricket femenino, incluyendo a los favoritos tradicionales como Australia, India y Sri Lanka.
Supuestamente, la capitana de Nueva Zelanda, Sophie Devine, ha señalado que los rivales en esta edición serán particularmente desafiantes. En una columna publicada por la ICC, afirmó que cada equipo presenta obstáculos distintos, pero que Australia, como campeona defensora, será una adversaria muy difícil de vencer.
“Jugar contra ellas en el inicio del torneo será una excelente oportunidad para medir nuestras capacidades”, comentó Devine. Además, añadió que jugar en India y Sri Lanka representa un reto adicional, ya que las condiciones climáticas y de campo en estos países son muy diferentes a las de Nueva Zelanda, y que la afición local y la profundidad de los equipos asiáticos los convierten en oponentes peligrosos.
Para prepararse, la selección neozelandesa realizó un campamento de dos semanas en agosto en la Academia de los Chennai Super Kings en la India, donde participaron diez jugadoras junto con el entrenador principal, Ben Sawyer, y el asistente, Craig McMillan.
Supuestamente, este entrenamiento fue fundamental para que las jugadoras se adaptaran a las condiciones del terreno y del clima, que serán determinantes en el desarrollo del torneo.
Devine expresó que han trabajado arduamente en su estado físico y en su capacidad para afrontar los desafíos que presenta la competencia en la India y Sri Lanka.
El torneo, que cuenta con un himno oficial titulado 'Bring It Home', promete ser un espectáculo de alto nivel. Según supuestamente expertos en cricket, la diversidad de estilos y la presencia de jóvenes talentos en las distintas escuadras auguran partidos muy disputados y llenos de emoción.
La selección de Nueva Zelanda combina experiencia y juventud, con veteranas como Maddy Green y jugadoras emergentes como Eden Carson e Izzy Gaze. La capitana resaltó la importancia de la aportación de estas jóvenes promesas, que en los últimos años han ido ganando protagonismo en el equipo.
Supuestamente, la cultura y el ambiente en India siempre representan una experiencia enriquecedora para los atletas internacionales. Devine comentó que la pasión por el cricket en ese país es abrumadora y que es un privilegio jugar allí. Además, resaltó que Sri Lanka también es un destino especial, con una cultura vibrante y un ambiente acogedor que siempre ha sido favorable para los equipos visitantes.
Por otra parte, en la preparación del equipo, se ha puesto especial énfasis en la condición física y en la resistencia, aspectos fundamentales para afrontar las exigentes condiciones del subcontinente indio.
A pesar de la fría invierno en Nueva Zelanda, las jugadoras se han dedicado a fortalecer su cuerpo para estar en óptimas condiciones durante el torneo.
En cuanto a las expectativas, Sophie Devine expresó su entusiasmo por el cambio generacional que se está gestando en el equipo, con la incorporación de nuevas jugadores que podrían marcar la diferencia en esta edición.
La líder afirmó que ve el torneo como una oportunidad para demostrar la calidad del cricket femenino de Nueva Zelanda y para buscar su segundo título mundial en esta categoría.
Finalmente, la selección neozelandesa se muestra ansiosa por sumergirse en la cultura local y aprovechar al máximo la experiencia del Mundial. La pasión de los fanáticos indios y la belleza de Sri Lanka prometen una experiencia inolvidable para todas las jugadoras. Aunque el objetivo principal es ganar, también valoran la oportunidad de aprender y disfrutar del deporte en un entorno tan diverso y vibrante. Se espera que, con esfuerzo y dedicación, las White Ferns puedan repetir la hazaña de hace más de dos décadas y traer la copa a Oceanía, logrando un hito que quedará marcado en la historia del cricket femenino mundial.