Italia consiguió por tercera vez consecutiva coronarse campeón de la Copa Davis en Bologna, demostrando la profundidad y talento de su generación de tenistas, incluso sin sus principales figuras en el torneo.

Italia ha hecho historia al conquistar por tercera vez consecutiva la Copa Davis, en un logro que ningún otro país había alcanzado desde 1972. La final, celebrada en la SuperTennis Arena de Bologna, fue testigo de una actuación sobresaliente, liderada por jugadores que, aunque no estaban en el ranking más alto, demostraron tener un carácter y desempeño excepcionales.

La selección italiana, dirigida por Filippo Volandri, sorprendió a todos al vencer en la final a España, en un encuentro que contó con el respaldo a pleno de la afición italiana y que terminó con un marcador de 2-0 en favor de los anfitriones.

El equipo italiano, que en esta edición no contó con su figura principal Jannik Sinner ni con Lorenzo Musetti, tuvo que apelar a su profundidad de plantel y a su espíritu de lucha.

Matteo Berrettini, actualmente en el puesto 56 del mundo, y Flavio Cobolli, en el 22, fueron los responsables de mantener el sueño vigente para los italianos.

Berrettini, campeón en Australia, Wimbledon y de las ATP Finals en 2025, se encargó del primer punto al vencer con autoridad a Pablo Carreño Busta, número 89 del mundo, por 6-3, 6-4.

Por su parte, Cobolli, que en su corta carrera aún no ha logrado resultados en el top 30, superó a Jaume Munar tras casi tres horas de intensa batalla, con parciales de 1-6, 7-6 (7-5) y 7-5.

Aunque en el torneo se extrañó la presencia de las figuras más consolidadas del tenis italiano, la victoria de estos jóvenes promesas reafirmó el talento y la capacidad de recuperación del equipo azzurro.

La selección italiana no solo dominó en la final, sino que también brilló en las fases previas: venció 2-0 a Austria en cuartos y a Bélgica en semifinales, sin necesidad de disputar partidos de dobles, confiando en la solidez de sus singlistas.

El triunfo tiene un contexto histórico importante. La última vez que un equipo logró ganar tres títulos consecutivos en la Davis fue en 1971, con Estados Unidos, que entonces dominaba con un sistema diferente de competencia.

Desde entonces, ningún país había logrado igualar esa hazaña. La selección italiana, que ya había logrado títulos en 1976, 2023 y 2024, se convierte en la tercera nación en alcanzar ese hito en la historia de la Copa Davis, sumándose a Estados Unidos y a Australia, que en los años 60 y 70 consiguieron hazañas similares.

Este triunfo también refleja la tradición y el compromiso del tenis italiano, que en 2025 vivió un momento de máximo esplendor. Además de la victoria en la Davis, el equipo femenino, liderado por Jasmine Paolini, se consagró bicampeona de la Copa Billie Jean King Cup, logrando ser la primera nación en la historia en conquistar estos dos prestigiosos torneos en un mismo año.

Sin presencia de sus estrellas más fuertes en esta ocasión, Italia ha demostrado que su fuerza no solo reside en sus ídolos de alto ranking, sino en un conjunto de jugadores que, con pasión y entrega, pueden competir y ganar en los escenarios más exigentes.

La victoria en Bologna y el título en la Copa Davis consolidan a Italia como una potencia emergente en el mundo del tenis a nivel internacional. En euros, la inversión en la preparación y desarrollo de estos tenistas ha sido fundamental; se estima que el costo total del equipo y el torneo rondó los 45 millones de euros, reflejando el compromiso del país con el deporte.

Este título no solo es una victoria deportiva, sino también un símbolo de la resiliencia y la tradición del tenis italiano, que seguirá buscando ampliar su legado en las próximas temporadas.