El entrenador de Cerro Porteño, Diego Martínez, atraviesa una etapa de alta presión debido a malas resultados y descontento de la hinchada, a pesar de liderar el campeonato local y tener un buen desempeño en la liga.

Diego Martínez se encuentra en uno de los momentos más complicados de su carrera como entrenador en Cerro Porteño. A pesar de que el equipo lidera la clasificación del torneo Clausura con 20 puntos, tres más que su inmediato perseguidor, Sportivo Luqueño, la reciente caída frente a Trinidense por 3-1 en La Nueva Olla ha puesto en duda su continuidad.

La situación se ha agravado por el rechazo de los hinchas, que han manifestado su descontento de manera abierta y agresiva.

La derrota ante Trinidense no solo fue la primera que sufrió Cerro Porteño en el presente campeonato, sino que también intensificó la tensión en las gradas.

El ambiente en el estadio se tornó hostil, y los seguidores no dudaron en mostrar su enojo con el cuerpo técnico y, en particular, con Martínez, a quien incluso tuvieron que escoltar la policía al salir del estadio.

Los insultos y objetos arrojados por un grupo de aficionados hacia el entrenador reflejaron una profunda frustración, que va más allá de los resultados inmediatos.

A nivel deportivo, es importante destacar que, si bien el equipo lidera en puntos y en goles anotados, su estilo de juego y rendimiento no terminan de convencer a la hinchada.

Desde hace tiempo, los simpatizantes venían expresando su malestar, no solo por los resultados, sino también por la manera en que el equipo se presenta en cancha.

La eliminación de Cerro Porteño en la Copa Libertadores a manos de Estudiantes, tras un empate en La Plata y una derrota como local, fue un golpe duro que alimentó aún más las críticas.

A pesar de ello, los números de Martínez en el club no son negativos. La permanencia del técnico en Cerro Porteño muestra una relativa estabilidad, dado que, además de liderar el torneo, el equipo ha mantenido un buen rendimiento en otras competencias nacionales.

Sin embargo, los incidentes recientes y la violencia verbal y física de algunos seguidores generan una creciente tensión que pone en duda su continuidad.

Más allá de la situación actual, vale recordar que Diego Martínez tiene una importante experiencia en el fútbol sudamericano. Antes de su paso por Cerro Porteño, dirigió a varios clubes en Argentina, incluyendo Boca Juniors, y en Europa, donde mostró capacidades motivacionales y de gestión.

Sin embargo, la presión en Cerro Porteño refleja la alta expectativa que genera el club, uno de los más populares y exigentes del Paraguay.

Por ahora, el entrenador ha declarado que no piensa renunciar y que seguirá trabajando para revertir la situación. Desde la directiva, por su parte, aún no han anunciado cambios inmediatos, pero la tensión en las próximas jornadas será decisiva para evaluar su futuro.

Los hinchas esperan que el equipo pueda ofrecer un rendimiento que vuelva a encender la pasión en las tribunas y mitigar el malestar expresado en los últimos partidos.