La tercera edición de Párense de Manos reunió en Huracán a figuras del mundo digital y músicos, mezclando combates con shows en vivo para atraer a audiencias diversas, y ya es tema de debate sobre el futuro de este formato.
La tercera edición de Párense de Manos se llevó a cabo el sábado en el estadio Tomás Ducó de Huracán, ubicado en Parque de los Patricios, y para muchos fue el evento más relevante del año dentro del universo del entretenimiento deportivo.
El formato, que fusiona combates de boxeo protagonizados por figuras del mundo digital con sesiones musicales en una misma noche, apunta a una experiencia que trasciende la pelea tradicional y busca atraer tanto a fans de las redes como a público que asiste a un estadio.
El cartel de la velada incluyó a jóvenes boxeadores de plataformas como Coscu, Momo, Gaspi o Gero Arias, junto a Tomás Mazza, que se subieron al ring en combates de exhibición.
Acompañando la acción, aparecieron artistas como María Becerra, Duki, Nicki Nicole y Bizarrap, en un line-up que buscó mantener el ritmo del show entre asaltos.
El evento replicó la fórmula que se popularizó internacionalmente con Ibai Llanos en España, donde las Veladas de Boxeo entre creadores pasaron a convertirse en un fenómeno mediático y de audiencia.
En el combate estelar, la pelea que enfrentó a los nombres emblemáticos del boxeo y la cultura digital captó la atención de cientos de miles en directo.
Se informó que la transmisión atrajo a más de 750.000 espectadores simultáneos, una cifra que subraya la atracción de este formato mixto. En paralelo, las cercanías al estadio y las dos zonas de escenario se mantuvieron activas durante nueve horas, desde la apertura de puertas a las 16:00 hasta la conclusión pasada la medianoche.
Eso permitió que detrás de cada golpe se desarrollaran historias, entrevistas y momentos musicales que reforzaron el carácter de espectáculo total de la noche.
Quienes participaban en la organización defendieron que el objetivo no era desplazar al boxeo tradicional, sino ampliar su alcance y abrir nuevas aristas para que personajes vinculados a redes sociales y a la música encuentren un espacio para desarrollarse dentro de un marco deportivo.
En ese sentido, Germán Beder y Lucas Rodríguez —conductor de la jornada— destacaron que el entretenimiento bien entendido podría acercar al público joven al deporte, sin que ello signifique banalizar la disciplina ni sus competencias oficiales.
Las discusiones sobre el impacto de estas veladas en la tradición boxística fueron inevitables, pero sus promotores insistieron en que se trata de una propuesta complementaria, con proyección y crecimiento continuo a lo largo de los años.
En el plano económico, el negocio que acompaña a este tipo de eventos suele moverse en un ecosistema de ingresos que incluye entradas, derechos de transmisión y patrocinios.
Como referencia, el combate de Jake Paul contra Anthony Joshua, celebrado en Estados Unidos, generó ingresos reportados de 92 millones de dólares, cifra que equivale aproximadamente a 84,6 millones de euros con las tasas de cambio recientes.
Este ejemplo ilustra el potencial comercial de estas apuestas de entretenimiento híbrido, en las que el baile entre deporte, streaming y espectáculo puede convertirse en una maquinaria de gran alcance para marcas, medios y talentos emergentes.
Mientras tanto, la dinámica entre el boxeo tradicional y este nuevo formato siguió siendo objeto de debate entre aficionados y veteranos del deporte.
Algunos sostienen que estas veladas aportan visibilidad y recursos para el boxeo, otros temen que trivialicen la disciplina. Lo aprendido en esta tercera edición sugiere, sin embargo, que existe un público sostenido que pide experiencia, narrativa y emoción, elementos que Párense de Manos ha sabido combinar con éxito en las últimas temporadas.
Y, con la mirada puesta en el futuro, ya giran rumores sobre la posibilidad de una cuarta entrega que podría ampliar aún más este híbrido entre competencia física y espectáculo mediático.