A pesar de contar con un plantel reforzado, Boca Juniors sigue enfrentando problemas de rendimiento y resultados en el Torneo Apertura.

En el mundo del fútbol, el término 'paradoja de la abundancia' se utiliza para describir situaciones en las que un equipo cuenta con más recursos de los que realmente necesita, pero, a pesar de ello, no logra obtener los resultados esperados.

En este sentido, Boca Juniors se encuentra en una encrucijada bajo la dirección de Fernando Gago en el inicio de su participación en el Torneo Apertura.

Pese a haber realizado una significativa inversión en su plantilla, con la inclusión de jugadores talentosos, el rendimiento del equipo ha dejado mucho que desear.

Boca dispone de tres futbolistas por cada posición, pero no ha logrado encontrar una fórmula tácticamente efectiva que les permita brillar en el campo.

La constante rotación de jugadores y tácticas entre un partido y otro ha complicado el desarrollo de un juego armonioso.

Un claro ejemplo de esta problemática ocurrió en su último encuentro contra Unión de Santa Fe, donde un gol encajado en los últimos minutos dejó a Boca con un amargo sabor de boca.

La anotación surgió de una pelota parada mal defendida que permitió a Franco Fragapane aparecer solo en el segundo palo para marcar el empate. Si bien es verdad que el resultado podría haber sido distinto si Kevin Zenón hubiera convertido su oportunidad clara ante el arquero Thiago Cardozo, queda la pregunta sobre la postura de Boca, que permitió que su rival desarrollara el juego a su favor.

En este partido, Unión tuvo una posesión del 55%, lo que indica una falta de control en el medio campo por parte del equipo de Gago.

Vale la pena mencionar que los cambios realizados por Gago no generaron el impacto esperado. En contraste, el entrenador de Unión, el Kily González, acertó con sus decisiones, incluyendo la entrada de Ezequiel Ham y la modificación del sistema táctico para aprovechar mejor los costados del campo.

Las innovaciones tácticas resultaron en un juego más dinámico para Unión, llevándolos a crear oportunidades más claras.

El comienzo del partido fue prometedor para Boca. En los primeros minutos, sus laterales, Lucas Blondel y Marcelo Saracchi, combinados en una jugada que culminó en un espectacular tanto, elevaron las expectativas.

Saracchi, a través de un potente zurdazo, logró marcar de manera espectacular. Sin embargo, la capacidad de Boca para mantener ese nivel se diluyó con el transcurrir del tiempo.

En la segunda parte, Gago busco variantes al realizar cambios, pero su equipo no logró hacerse con el dominio del juego, quedando siempre a la expectativa y lejos del arco rival.

Aunque Zenón y otros jugadores tuvieron sus oportunidades, el protagonismo se trasladó a Unión, que logró un gol de la mano de un tiro de esquina ejecutado por el joven volante Lionel Verde, dejando a Boca sin respuestas.

A medida que avanza el torneo, es esencial preguntarse si Boca podrá encontrar el equilibrio y la cohesión que le permita revertir su situación. A pesar de su rica historia en el fútbol argentino y su arsenal de jugadores, la presión recae sobre el cuerpo técnico para lograr que este plantel repleto de talento funcione como un verdadero equipo, ya que, de lo contrario, enfrentarán más decepciones en el camino.