El equipo argentino de Boca Juniors experimenta una serie de desafíos internos, incluyendo episodios de indisciplina y gestos que generan preocupación en el cuerpo técnico, en medio de una temporada que busca consolidar su rendimiento.

La racha de buenos resultados en Boca Juniors ha tranquilizado a sus seguidores, y el empate en Arroyito frente a Newell’s Old Boys sirvió para demostrar que el equipo está preparado para afrontar los desafíos del torneo.

Sin embargo, en el interior del club existen preocupaciones que van más allá de los resultados en la cancha, relacionadas con comportamientos que podrían afectar la dinámica del plantel.

Uno de los incidentes más resonantes ocurrió cuando Carlos Palacios, mediocampista chileno, expresó su malestar por ser reemplazado en el segundo tiempo y mostró su disgusto con el ayudante del entrenador, Claudio Ubeda.

Este episodio ocurrió a los 28 minutos del complemento y generó cierta tensión interna, que fue abordada por el cuerpo técnico en las horas siguientes.

El director técnico, Miguel Ángel Russo, de 69 años, convocó a una reunión con el plantel para aclarar lo sucedido y promover un ambiente de mayor responsabilidad.

En las charlas, Russo enfatizó la importancia de resolver los inconvenientes en privado, evitando que las disputas internas trasciendan y afecten la cohesión del grupo.

Según fuentes internas, el técnico también pidió mayor profesionalismo, recordando que nadie se siente cómodo al ser sustituido, pero que esas situaciones deben manejarse con madurez y respeto.

Este no fue el único incidente que preocupa en Boca. El caso de Miguel Merentiel, el delantero uruguayo, también generó polarización. A pesar de recibir autorización para salir del equipo y ser reemplazado en un partido contra Huracán, Merentiel entró a jugar y posteriormente no respetó las indicaciones de su entrenador, lo que levantó suspicacias sobre la disciplina en el vestuario.

Por otro lado, Palacios ha tenido un historial de comportamientos polémicos. Desde su llegada en enero, el mediocampista ha protagonizado varios episodios de indisciplina que incluyen contactos con barras bravas y retrasos en los entrenamientos.

En marzo, fue visto en las tribunas con miembros de la barra brava de Colo Colo, lo que generó rechazo en la dirigencia y en sus compañeros. Además, sufrió un retraso en su regreso tras un accidente automovilístico, lo que llevó a Gago a sancionarlo con la exclusión de un partido.

A lo largo del semestre, Palacios también fue fotografiado en una discoteca en medio de crisis futbolísticas, actitud que no cayó bien en el comité técnico.

A pesar de estos antecedentes, aún no hay una decisión tomada respecto a su continuidad en el once titular, aunque la dirigencia y el cuerpo técnico evalúan la situación cuidadosamente.

Desde la dirigencia de Boca, también se tomaron medidas para fortalecer la disciplina interna, como la prohibición de visitas de peluqueros durante los días de concentración.

Además, en medio de estos episodios, se habla de posibles cambios en la formación, contemplando la inclusión de jugadores como William Alarcón en el medio campo para reforzar el esquema táctico.

En el plano deportivo, Russo ha logrado encontrar una buena química en la zona complementaria, donde destaca la relación entre Palacios, Paredes y Battaglia.

No obstante, la reacción del equipo en arroyito y la manera en que los hechos internos afectan la moral del grupo serán claves para el desarrollo del torneo.

La posible salida de Palacios y la recuperación de la disciplina serán temas que seguirán en la agenda del club en los próximos días, en una temporada que, más allá de los resultados, requiere orden interno y compromiso total de todos sus integrantes.