Un violento choque en la final de las TC Pick Up en La Plata dejó a Agustín Martínez con politraumatismos y generó una serie de interrupciones y tareas de rescate. La carrera, que apenas faltaba para terminar, se vio marcada por un incidente que puso en tensión a todos los asistentes y al equipo médico, mientras el joven piloto fue trasladado a un centro de salud para su evaluación.

A pocos kilómetros de la bandera a cuadros en la final de las TC Pick Up en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata, ocurrió un accidente que estremeció al mundo del automovilismo.

Cuando aún faltaban dos vueltas para concluir la carrera, la Ford Ranger conducida por Agustín Martínez, conocido como 'Gurisito' por su familia y amigos, sufrió un contacto que pudo haber sido fatal.

El impacto inicial fue con la Toyota de Nicolás Impiombato, y segundos más tarde, la Nissan de Matías Frano también quedó enganchada en la secuencia del siniestro.

Este episodio generó una situación de máxima tensión en la pista, que derivó en un desenlace desafortunado. La Ford Ranger de Martínez, tras el roce, quedó totalmente descontrolada, y empezó a dar vueltas sin control en plena recta principal del circuito.

Pedazos de chapa y escombros salieron disparados, creando un escenario de caos y peligro para todos los presentes. La secuencia fue tan impactante que las tribunas quedaron en silencio oportuno, con los espectadores atónitos ante la brutalidad del accidente.

De inmediato, los comisarios deportivos interrumpieron la carrera y desplegaron el protocolo de seguridad, deteniendo la competición y colocando el vehículo en modo de seguridad con el auto de seguridad.

Los comisarios y el personal de emergencia llegaron rápidamente al lugar del siniestro, habilitando el ingreso del personal médico para asistir al joven piloto de solo 22 años, que es hijo del reconocido ex pilotos y dirigente Guri Martínez.

La familia del piloto, muy conocida en las competencias nacionales, vivió momentos de extrema tensión.

Agustín fue inmovilizado en una tabla espinal y sacado del habitáculo por un parabrisas completamente destruido. La comunidad del automovilismo esperaba nerviosamente mientras el equipo médico lo trasladaba de urgencia a la Clínica Bazterrica en Buenos Aires para realizar estudios.

El parte médico informó que Martínez llegó con politraumatismos, pero que conservaba signos vitales normales y permanecía consciente, como un signo alentador para su recuperación.

El impacto fue tan fuerte que se desplegaron todos los recursos de seguridad y asistencia disponibles. La solidaridad no tardó en manifestarse en las redes sociales y en la zona de competencia, donde los colegas y seguidores expresaron su preocupación y apoyo.

La ACTC (Asociación Corredores Turismo Carretera) tomó la decisión de excluir a Frano de la clasificación como medida de responsabilidad por maniobras que se consideraron peligrosas.

Por su parte, el dirigente y padre de Agustín, Guri Martínez, manifestó su tranquilidad tras el susto. “Mi hijo está golpeado, pero entero. Eso es lo más importante”, comentó conmovido y con la voz quebrada. En su pueblo en Concordia (Entre Ríos), la noticia causó conmoción: bocinas sonaron y banderas celestes ondearon en señal de homenaje y esperanza.

En la pista, la carrera quedó suspendida provisionalmente. El ganador fue Agustín Canapino, quien alcanzó su primera victoria en la categoría, dejando atrás a Mariano Werner, en un momento que quedó marcado por la incertidumbre y las muestras de solidaridad entre los pilotos.

Werner expresó públicamente que prefería llegar en segundo lugar si eso significaba que su amigo y compañero estaba bien.

El impacto en la seguridad del automovilismo volvió a quedar en el centro de la atención. La estructura de la jaula antivuelco y los sistemas de seguridad de los autos, que en la historia del deporte han evolucionado para proteger a los pilotos, mostraron su importancia en momentos críticos.

La historia de Agustín Martínez se enmarca en un contexto de automovilismo donde las medidas de seguridad han avanzado notablemente en las últimas décadas, en respuesta a accidentes fatales que han marcado hitos en la regulación y tecnología de los vehículos.

Este tipo de incidentes, aunque desafortunados, han servido para fortalecer las medidas preventivas y la concienciación sobre la importancia del equipamiento adecuado en las competencias.

El campeonato seguirá en Rafaela en quince días, permitiendo que Martínez tenga tiempo para recuperarse y realizarse chequeos médicos completos.

Finalmente, en la localidad de Concordia, la gente manifestó su apoyo y esperanza por la pronta recuperación del Gurisito, dejando claro que, aunque los accidentes son parte del deporte, la seguridad debe ser siempre la prioridad.

La imagen del piloto sentado dentro del auto, con el vehículo destruido pero con signos de estar consciente, quedó como símbolo de que, en medio de la adversidad, la esperanza y la voluntad de vivir siempre prevalecen.