Durante el verano de 2025, las cifras de accidentes mortales en las carreteras catalanas se han mantenido similares a las del año anterior, con un ligero aumento en los heridos y cambios en la distribución de víctimas vulnerables.

En Cataluña, durante el verano de 2025, la presencia masiva en las carreteras no se tradujo en un incremento en el número de víctimas mortales, que se mantuvieron en 36 personas, la misma cifra que en el verano anterior.

Sin embargo, se observó un pequeño incremento en la cifra de heridos, alcanzando las 240 personas, frente a las 235 del año pasado, lo que refleja una ligera escalada en lesiones no mortales.

Las autoridades locales y Mossos d'Esquadra reforzaron los controles y campañas de vigilancia, realizando un total de 9.432 inspecciones en diferentes puntos de la red viaria catalana. Además, se registró un aumento del 20,4% en las detecciones positivas por consumo de sustancias psicoactivas, con 1.060 casos confirmados, lo que indica un incremento en la presencia de drogas en la conducción.

Una de las tendencias más relevantes fue la reducción en el número de víctimas pertenecientes a colectivos vulnerables, como motoristas, peatones y ciclistas.

En concreto, en comparación con el verano del 2024, el número de motoristas fallecidos bajó a 9, desde 14; los peatones muertos descendieron a 2, frente a 3 del año pasado, y el único ciclista fallecido también representa una disminución respecto a los 2 del año anterior.

A pesar de estas cifras positivas, uno de cada tres fallecidos en accidentes estivales son miembros de estos colectivos vulnerables, evidenciando la importancia de seguir promoviendo medidas preventivas específicas.

La distribución de los siniestros mostró cierta dispersión, concentrándose principalmente en la A-2 y en la N-II, vías de gran tráfico y acceso a zonas turísticas.

La tipología de los accidentes también varió: de los 36 fallecimientos, 14 fueron salidas de vía, 8 choques frontales y 3 encalzos, destacando aún la necesidad de mejorar la seguridad en estas rutas.

En cuanto a la distribución de las víctimas en función del sexo y la edad, se confirmó que la mayoría de las víctimas mortales fueron hombres, con 28 fallecidos, frente a 8 mujeres.

La franja de edad con mayor mortalidad fue la de 25 a 34 años, con 8 víctimas. Respecto a los horarios, 15 fallecidos ocurrieron por la mañana, 14 por la tarde y 7 en horario nocturno, siendo los días laborables también los de mayor incidencia con 15 víctimas.

El análisis por demarcaciones mostró una mejora en Tarragona, Girona y Barcelona, donde las cifras de víctimas mortales disminuyeron. Sin embargo, Lleida registró un repunte alarmante, duplicando la cifra de fallecidos en comparación con el año anterior, pasando de 6 a 12. Este aumento evidencia la necesidad de implementar medidas específicas para esta zona.

Si se analiza la evolución anual, en 2025, desde el 1 de enero, un total de 103 personas han perdido la vida en 95 accidentes mortales en la red vial catalana.

La cifra es ligeramente superior a las 94 víctimas en 88 siniestros del mismo período en 2024, reflejando una ligera tendencia al alza en la siniestralidad anual.

La historia de la seguridad vial en Cataluña revela esfuerzos continuos para reducir accidentes, como la implantación de nuevos estándares de infraestructuras y campañas educativas, que buscan proteger a todos los usuarios de la vía.

La estabilidad en las cifras de muerte en verano, junto con el aumento en lesiones y detección de drogas, subraya la importancia de seguir perfeccionando las estrategias preventivas en una región que, por su fuerte actividad turística y movilidad, requiere una atención constante para reducir aún más estos indicadores.