Cataluña ha logrado importantes avances en el control del VIH, cumpliendo y superando las metas establecidas por ONUSIDA, aunque todavía existen retos en la detección y prevención de la enfermedad.
En la región de Cataluña, los esfuerzos en salud pública en relación al VIH han dado resultados notables en los últimos años. La comunidad ha superado los objetivos internacionales 90-90-90 establecidos por ONUSIDA, una meta que busca que el 90% de las personas infectadas conozcan su estatus, el 90% de estas reciba tratamiento y el 90% de las tratadas logren reducir la carga viral a niveles indetectables.
Actualmente, en Cataluña, el 94% de las personas con VIH saben que están infectadas, un porcentaje que refleja el éxito de los programas de diagnóstico y concienciación.
Además, el 93% de estas personas están en tratamiento antirretroviral, y de ellas, el 96% han conseguido reducir la carga viral a niveles indetectables, dificultando así la transmisión del virus.
A pesar de estos logros, se estima que en Cataluña viven aproximadamente 36.000 personas con VIH, de las cuales el 5,8% desconoce su infección. Esta cifra indica que todavía hay un pequeño porcentaje de individuos sin detectar que pueden transmitir el virus de manera inadvertida, resaltando la importancia de aumentar las campañas de diagnóstico y prevención.
En 2024, se registraron 487 nuevos diagnósticos de VIH en la región, una ligera disminución comparada con años anteriores. La edad promedio de los nuevos casos diagnosticados es de 39 años, y la principal vía de transmisión continúa siendo la sexual. Los datos muestran que el 53,6% de los nuevos casos corresponden a hombres que mantienen relaciones con otros hombres, mientras que el 44,5% se da en hombres y mujeres heterosexuales.
El impacto de estas cifras se explica en parte por las políticas progresistas en salud pública, que incluyen campañas masivas de sensibilización, distribución de profilaxis pre-exposición (PrEP) y un amplio acceso a servicios de diagnóstico y tratamiento.
La PrEP, en particular, ha sido clave en la prevención en grupos de riesgo, ayudando a reducir el número de nuevas infecciones.
La historia del combate contra el VIH en Cataluña refleja un compromiso sostenido desde principios de los años 80, cuando la enfermedad comenzó a visibilizarse en Europa.
Desde entonces, los avances en terapias y en la prevención han permitido reducir la mortalidad y limitar la transmisión. Sin embargo, la lucha continúa, especialmente en torno a la detección temprana y a la eliminación del estigma social asociado a la infección.
Las autoridades sanitarias catalanas mantienen su compromiso de reducir aún más estos números, implementando nuevos programas y estrategias para llegar a las poblaciones más vulnerables y promover una cultura de prevención y salud sexual responsable.
La historia del VIH en Cataluña sirve como ejemplo de cómo las políticas públicas, la innovación médica y la conciencia social pueden generar cambios positivos en la lucha contra esta enfermedad.