El Servicio Meteorológico de Cataluña confirma que la estación estival de 2023 ha sido la más cálida en 121 años, con récords en temperaturas y fenómenos de olas de calor, impacto en el litoral y temperaturas récord en el mar.
El pasado verano en Cataluña ha dejado una huella marcada por temperaturas extremas y fenómenos meteorológicos inusitados, confirmando que 2023 ha sido el verano más caluroso en los últimos 121 años, según el análisis realizado por el Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat).
Este escenario ha sido especialmente notable en registros históricos como el Observatorio del Ebro, donde se proclamó que este verano fue el más cálido desde que existen registros.
Los datos recopilados muestran que, durante el período estival, las temperaturas máximas alcanzaron cifras sin precedentes, con récords en varias estaciones.
En particular, el Observatorio Fabra de Barcelona informó que más de la mitad de las noches de verano superaron los 20 ºC en el litoral catalán, fenómeno que no se había observado con tanta frecuencia en décadas.
En los años 80, esta cifra rondaba las 20 noches tropicales anuales, mientras que en 2023 esa cantidad se ha elevado a más de 50 noches por año.
Este incremento en las noches tropicales, es decir, aquellas con temperaturas superiores a los 20 ºC, ha transformado significativamente el clima de verano en la región, afectando tanto la vida cotidiana como los ecosistemas locales.
Además, cerca del 50 % de las noches más calurosas, conocidas como noches tórridas (con temperaturas superiores a 25 ºC), ocurrieron incluso fuera del período tradicional canicular, que comprende los meses de julio y agosto.
Una de las características más evidentes del verano en Cataluña ha sido la persistencia del calor intenso. El año 2023 se distingue por registrar un récord en días consecutivos con temperaturas extremas, así como por las temperaturas máximas que, en varias ocasiones, superaron los 40 ºC, cifras que no se alcanzaban desde hace varias décadas.
Para poner en perspectiva, el récord de temperaturas máximas en agosto se sitúa en 40,7 ºC, valor que aún supera en varios decimales las marcas de años anteriores.
El impacto de estas elevadas temperaturas no se limitó solo al aire; también se registraron olas de calor en el mar, con temperaturas récord en los meses de junio y julio.
Por ejemplo, en la localidad de l'Estartit, en la provincia de Girona, la temperatura del mar alcanzó los 26,8 ºC el 18 de julio, un valor que se sitúa entre los más altos registrados en la historia en esa zona.
Este aumento en la temperatura marina tiene importantes consecuencias para los ecosistemas marinos y para las actividades humanas relacionadas con el mar, como el turismo y la pesca.
El cambio climático global ha acelerado estos fenómenos, contribuyendo a que los veranos en Cataluña sean cada vez más extremos. La tendencia observada en los últimos años muestra un aumento en la frecuencia y la intensidad de olas de calor, así como un incremento en las temperaturas del mar, lo cual plantea desafíos importantes para la gestión del territorio, la salud pública y la conservación ambiental.
Históricamente, Cataluña ha experimentado cambios climáticos a lo largo de los siglos, pero el ritmo acelerado de estos eventos en la era moderna se atribuye en gran medida a la actividad humana.
La evidencia científica apunta a que las emisiones de gases de efecto invernadero están impulsando estos extremos, haciendo que fenómenos como las olas de calor y las elevadas temperaturas del mar sean cada vez más frecuentes.
En este contexto, las instituciones locales y europeas están trabajando en iniciativas para mitigar estos efectos y fomentar estrategias de adaptación frente a los cambios climáticos extremos.