Los hayedos en Cataluña muestran un retraso en la maduración de sus hojas, avanzando entre 2 y 4 días por cada década, reflejando posibles efectos del cambio climático en la región.
En Cataluña, la fenología de los árboles evidencia cambios notables en la llegada de las estaciones, particularmente en la maduración de las hojas de haya, que cada vez se retrasa más en el tiempo.
Según datos de la Red Fenológica de Catalunya, conocida como Fenocat, el proceso de maduración de las hojas de haya se inicia aproximadamente entre 2 y 4 días más tarde por cada década que pasa, en comparación con épocas anteriores.
Este retraso en la fenología refleja un fenómeno global asociado al cambio climático, que afecta los ciclos naturales de las plantas y los animales.
Los datos proceden de más de 2.000 observaciones realizadas a lo largo de un período de 13 años, centradas en áreas específicas como los hayedos de la Roca de Tiraval, en Bagà, y en Castellterçol.
La investigación ha constatado que, en promedio, estas modificaciones ocurren a una velocidad de 2,1 días cada diez años a lo largo de toda Cataluña, lo que equivale aproximadamente a unos 0,21 días por año.
La Fenocat, que cuenta con un total de más de un millón y medio de registros, ha acumulado 15.201 observaciones específicas del haya entre 2013 y 2025. Estas cifras subrayan la importancia de estos estudios para entender cómo las alteraciones en los patrones naturales pueden ser signos de un cambio climático acelerado.
Es importante destacar que el seguimiento se realiza en diversas comarcas catalanas, incluyendo el Vallès Oriental, Berguedà, la Vall d'Aran, Osona y Ripollès, donde se monitorean cambios no solo en la maduración de las hojas, sino también en otros fenómenos relacionados con el ciclo de vida de los árboles.
Históricamente, Cataluña posee una rica tradición en estudio fenológico, siendo uno de los primeros territorios en incorporar el monitoreo de cambios en el tiempo para entender mejor las consecuencias del calentamiento global.
La variabilidad en la llegada del otoño, marcada por el retraso en los colores característicos de las hojas, es solo uno de los muchos indicadores que expresan las alteraciones en los ecosistemas locales.
Este fenómeno no solo tiene implicaciones ecológicas, sino también económicas, ya que afecta a la industria del turismo estacional, la agricultura y la gestión forestal.
La evidencia recogida por Fenocat reafirma la necesidad de impulsar políticas que afronten las consecuencias del cambio climático y promuevan medidas para mitigar sus efectos en la biodiversidad catalana y en el entorno natural.
En conclusión, la observación de estos retrasos fenológicos sirve como una alarma temprana sobre el impacto del cambio global en los ecosistemas de Cataluña, subrayando la importancia de seguir vigilando y estudiando los patrones naturales para tomar decisiones informadas y responsables en materia ambiental.