La Junta de Castilla y León ha dado un paso importante en la mejora de la calidad de vida de sus residentes mayores mediante la entrega de más de 1.100 pantallas interactivas en el marco de su estrategia para fomentar un envejecimiento saludable y autónomo. La iniciativa, que ha supuesto una inversión superior a los 2,7 millones de euros, tiene como principal objetivo potenciar la participación social, la actividad física y la estimulación cognitiva entre las personas de edad avanzada.

Supuestamente, esta medida forma parte de un plan más amplio que busca reducir los efectos de la soledad y el aislamiento social que sufren muchos mayores en la comunidad, aspectos que, según estudios internacionales, afectan negativamente tanto a su bienestar físico como psicológico.

La entrega de estas pantallas, con un tamaño de 75 pulgadas y dotadas de tecnología avanzada, se realizó en un acto celebrado en La Lastrilla, Segovia, donde el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, destacó la importancia de utilizar la innovación tecnológica para mejorar la calidad de vida de los mayores.

Estas pantallas se distribuirán en las sedes de la Red de Federaciones de Jubilados y Pensionistas de Castilla y León, que agrupa a más de 1.500 asociaciones, y en centros de día y residencias dependientes de la Junta. Presuntamente, las mismas se instalarán en los próximos cuatro años, con posibilidad de prórroga, y su finalidad es ofrecer a los mayores nuevas herramientas para mantenerse activos, informados y conectados.

Según afirmó el presidente Mañueco, uno de los principales beneficios de estas pantallas será facilitar la comunicación y la interacción social, permitiendo a los usuarios realizar videollamadas, enviar mensajes y acceder a redes sociales.

Presuntamente, esto ayudará a superar las barreras físicas y geográficas que dificultan la participación social de las personas mayores.

Además, estos dispositivos ofrecen actividades específicas diseñadas para mantener la mente activa, como juegos de memoria, ejercicios de lógica y actividades de estimulación cognitiva, que se consideran fundamentales para prevenir el deterioro mental.

Supuestamente, también servirán para acceder fácilmente a noticias, programas educativos y actualizaciones meteorológicas, fomentando la autonomía y la iniciativa individual.

Otra función destacada de estas pantallas es la promoción de la salud física, pues podrán incorporar aplicaciones para realizar ejercicio interactivo o seguir programas de rehabilitación, promoviendo así un envejecimiento activo.

La interacción en grupo en estas actividades también favorece la socialización y la creación de vínculos entre los mayores.

Supuestamente, para aquellos residentes con movilidad reducida o que viven lejos de los centros, estas pantallas ofrecen la posibilidad de seguir en tiempo real las actividades y reuniones, ayudando a reducir la sensación de aislamiento.

La inversión en estas tecnologías refleja el compromiso de la Junta con la innovación social y el fomento de la autonomía en la tercera edad.

El apoyo financiero a la Red de Federaciones de Jubilados y Pensionistas de Castilla y León en 2025 ha sido de aproximadamente 690.000 euros, destinados a programas de envejecimiento activo y a espacios de encuentro contra la soledad. La estrategia autonómica para el periodo 2025-2027 también prioriza la dinamización del colectivo, con el objetivo de que los mayores puedan mantener una buena calidad de vida y participar activamente en la sociedad.

Es importante destacar que Castilla y León cuenta con una de las poblaciones de mayores más relevantes en España, con más de 1,2 millones de personas mayores de 65 años, lo que hace a este tipo de iniciativas aún más cruciales para garantizar su bienestar.

La comunidad ha sido pionera en la implementación de programas como el 'Club de los 60' o el programa interuniversitario de la experiencia, que buscan promover un envejecimiento activo y saludable.

En definitiva, la entrega de estas pantallas interactivas supone un avance significativo en la lucha contra la soledad y el aislamiento de la población mayor en Castilla y León, promoviendo su autonomía, su participación social y su bienestar integral en una etapa de la vida que, según expertos, debe ser plena y activa.