La comunidad autónoma supera la media nacional y europea en gestión de fondos destinados al desarrollo rural, con una inversión que beneficia a miles de habitantes en municipios pequeños y promueve el crecimiento del sector agrícola y forestal.
Castilla y León ha alcanzado un notable nivel de gestión en el marco del Programa de Desarrollo Rural (PDR) 2014-2022, con un porcentaje de ejecución del 92% hasta el mes de mayo, equivalente a aproximadamente 1.975 millones de euros invertidos. Esta cifra supera claramente la media nacional, que se sitúa en el 86%, y la europea, que alcanza el 90,6%. La inversión total prevista para el programa asciende a unos 2.177 millones de euros, incluyendo fondos provenientes del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (Feader), la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Desde el inicio del programa, en 2014, la comunidad ha destinado sus fondos principalmente a modernizar el sector agrícola, fortalecer la industria agroalimentaria, impulsar el desarrollo en zonas rurales y promover la silvicultura sostenible.
Una de las características más destacadas es que más del 90% de las inversiones se han centrado en municipios con menos de 5.000 habitantes, beneficiando a un total de 69.536 personas, muchas de ellas en zonas rurales donde la economía agraria sigue siendo vital.
Durante 2024, Castilla y León invirtió aproximadamente 170 millones de euros en diferentes proyectos, y en los primeros cinco meses de 2025 ya se han desembolsado cerca de 50 millones de euros.
Estas inversiones se han dirigido a mejorar infraestructuras rurales, modernizar explotaciones agrícolas, fomentar la incorporación de jóvenes al sector, apoyar la industria alimentaria, prevenir incendios forestales y reforzar proyectos de la iniciativa Leader.
Entre las principales líneas de actuación destaca la modernización de explotaciones agrícolas, con pagos por valor de unos 157 millones de euros destinados a casi 4.500 explotaciones. Además, se han destinado aproximadamente 174 millones de euros para la incorporación de unos 5.200 jóvenes agricultores, de los cuales el 28% son mujeres, promoviendo así la incorporación de nuevos actores en el sector.
En cuanto a infraestructuras, se han invertido cerca de 363 millones de euros en la modernización de regadíos, creación de nuevos sistemas de riego y acciones para concentrar tierras y optimizar la propiedad agrícola en unas 390.000 hectáreas. La industria agroalimentaria ha visto el apoyo de 137 millones de euros para 207 proyectos, promoviendo el crecimiento de empresas y la innovación en el sector.
El cuidado del medio ambiente y la gestión forestal también han sido prioridades, con una inversión de aproximadamente 195 millones de euros. Gracias a estos fondos, se han forestado más de 20.000 hectáreas y se han llevado a cabo acciones para prevenir incendios en cerca de 350.000 hectáreas de terreno forestal.
Por otro lado, la iniciativa Leader, a través de sus 44 Grupos de Acción Local, ha canalizado unos 134 millones de euros, que han permitido crear más de 2.290 empleos, de los cuales casi la mitad han sido ocupados por mujeres. Más de 80.000 personas han recibido ayuda a través de estos programas, incluyendo formación y asesoramiento especializado, especialmente dirigido a jóvenes que desean incorporarse a la actividad agraria.
El éxito de Castilla y León en la gestión de estos fondos refleja su compromiso con el desarrollo sostenible y la mejora de la calidad de vida en sus zonas rurales.
Históricamente, la región ha sido una de las principales productoras agrícolas en España, con una tradición que se remonta a la Edad Media, cuando Castilla fue un importante centro agrícola y ganadero.
La inversión en modernización y sostenibilidad no solo preserva esa tradición, sino que también la adapta a los desafíos actuales, como el cambio climático y la globalización.
En definitiva, Castilla y León continúa demostrando que una gestión eficiente y estratégica de los fondos públicos puede transformar el medio rural, generando empleo, fomentando la innovación y protegiendo su rico patrimonio natural y cultural.
La comunidad se posiciona así como un ejemplo a seguir en la gestión de fondos europeos para el desarrollo rural en toda Europa.