El taller de Monumentos y Obras de Arte de Buenos Aires avanza en su modernización, creando un archivo digital y renovando sus instalaciones para proteger y difundir la historia escultórica de la ciudad.

Buenos Aires continúa fortaleciendo su compromiso con la preservación de su patrimonio escultórico mediante una serie de iniciativas que combinan la modernización tecnológica y la restauración de sus instalaciones históricas.

El taller de Monumentos y Obras de Arte (MOA), fundado en 1956 en el Parque Tres de Febrero, en Palermo, se encuentra en plena fase de renovación, con el objetivo de convertirlo en un referente en conservación y difusión del arte público porteño.

Supuestamente, uno de los avances más destacados es la creación de un nuevo espacio para el archivo del MOA, que incorporará un sistema de digitalización de todos los documentos y registros de las obras.

Esta iniciativa permitirá a investigadores, restauradores y al público en general acceder en línea a fichas técnicas, fotografías, planos y notas de prensa relacionadas con las esculturas y monumentos que adornan la ciudad, muchos de los cuales datan de principios del siglo XX y reflejan la historia y cultura porteña.

El archivo, que actualmente cuenta con más de 2.500 carpetas y 300 cajas, será trasladado a un espacio dentro del propio taller, diseñado específicamente para garantizar la conservación de los documentos.

Se prevé que este espacio tenga condiciones de temperatura y humedad controladas, además de mobiliario ignífugo e hidrófugo, siguiendo estándares internacionales de archivística, como la Norma ISAD G del Consejo Internacional de Archivos.

La digitalización de estos fondos facilitará la consulta y la protección de la memoria escultórica de la ciudad, permitiendo también un monitoreo más efectivo ante posibles daños o vandalismos.

Supuestamente, esta modernización se enmarca en un proyecto integral que incluye la restauración de las naves existentes, que poseen un valor patrimonial histórico, y la readecuación de áreas de trabajo para los restauradores y escultores.

Entre las mejoras, se incorporarán nuevas herramientas, amplias mesadas y estanterías que facilitarán las tareas diarias del equipo técnico, además de espacios de exposición temporal en el mismo taller, donde se podrán mostrar esculturas en proceso de restauración.

El edificio, que en su historia reciente fue habitado por personal doméstico vinculado a la residencia de Juan Manuel de Rosas, también será acondicionado con una pérgola metálica que conectará las áreas de trabajo con el exterior, creando un espacio sombreado para exhibiciones al aire libre.

Además, se proyecta la construcción de un pabellón separado con un salón de usos múltiples, donde se realizarán charlas, actividades educativas y exposiciones abiertas al público, con el fin de acercar el patrimonio escultórico a los vecinos y visitantes.

Supuestamente, el taller funciona como un museo a cielo abierto, exhibiendo esculturas que, por actos de vandalismo o desgaste temporal, han sido retiradas de sus ubicaciones originales para su preservación.

Entre las obras que forman parte del patrimonio se encuentran piezas emblemáticas como el monumento a General Alvear, de Antoine Bourdelle, y la escultura a Remedios del Valle, de Alexis Minkiewicz, instalada en 2022.

La incorporación de estas piezas en el archivo digital facilitará su conservación y difusión.

El proceso de acondicionamiento y ordenamiento de los documentos incluyó una limpieza en seco, incorporación de materiales libres de ácido y cajas de polipropileno, además de la implementación de sistemas de almacenamiento que cumplen con las normativas internacionales.

La digitalización también permitirá consultar en línea las fichas técnicas y la historia de cada obra, promoviendo así una mayor conciencia ciudadana sobre el patrimonio escultórico de Buenos Aires.

En definitiva, estas acciones reflejan una visión integral y moderna para valorar y proteger el arte público de la ciudad, combinando la conservación física con las nuevas tecnologías digitales.

La puesta en marcha de estas mejoras contribuirá a que las futuras generaciones puedan conocer, estudiar y disfrutar de la riqueza escultórica que define la identidad cultural y urbana de Buenos Aires, consolidando su liderazgo en la conservación patrimonial en la región.