El Ayuntamiento de Zaragoza aprueba un ambicioso proyecto de mejora en el centro histórico, que transformará Coso y la plaza de San Miguel en espacios más accesibles, sostenibles y seguros con una inversión superior a 9 millones de euros.

El Ayuntamiento de Zaragoza ha dado el visto bueno definitivo a un importante plan de renovación urbana que busca transformar dos de las principales arterias del centro histórico de la ciudad: la calle Coso y la plaza de San Miguel.

Este proyecto, que cuenta con una inversión prevista de aproximadamente 8,99 millones de euros (unos 9,8 millones de dólares o 8,2 millones de libras esterlinas), marcará un antes y un después en la forma en que los ciudadanos disfrutan y utilizan estos espacios públicos.

Este plan integral contempla una intervención en más de 15.700 metros cuadrados, con un plazo de ejecución estimado en 17 meses, divididos en cuatro fases que podrían comenzar en el último trimestre del año en curso.

La iniciativa no solo busca mejorar la estética y funcionalidad de estos lugares, sino también potenciar su sostenibilidad, accesibilidad y seguridad, aspectos fundamentales en la planificación urbana moderna.

En el caso de la calle Coso, uno de los ejes principales del casco antiguo, la intervención incluirá la ampliación de las aceras, cuya anchura variará desde un mínimo de 2,50 metros en las cercanías del número 112 hasta un máximo de 10,90 metros frente al Teatro Principal.

Esta ampliación facilitará la movilidad peatonal y promoverá un entorno más cómodo y accesible. La calzada mantendrá un ancho constante, con dos carriles de circulación de 6,80 metros cada uno, además de un carril bici en el lado norte con 2,60 metros de ancho.

Como parte de las mejoras ambientales y urbanísticas, se plantarán 39 nuevos árboles, entre tilos y tulíperos, distribuidos en alcorques y jardineras, complementando los existentes y contribuyendo a crear un entorno más natural y agradable.

Además, se colocarán cinco jardineras de tamaño medio en diferentes zonas del tramo, con combinaciones florales y arbustivas que aportarán color y vida a la calle.

La renovación de infraestructuras soterradas será un pilar fundamental del proyecto. Se procederá a la sustitución completa de las antiguas tuberías de agua potable y saneamiento, muchas de las cuales presentan problemas graves como roturas y hundimientos.

La mejora en las redes de distribución permitirá reducir problemas como fugas y roturas, además de facilitar futuras intervenciones y mantenimiento.

También se instalará un alumbrado público con tecnología LED, que ofrecerá mayor eficiencia energética y mejor iluminación en la vía.

Por otro lado, la plaza de San Miguel será objeto de una transformación que priorizará el espacio peatonal y la creación de áreas verdes. El diseño contempla un eje viario desplazado, logrando mayor espacio en el lado oeste, junto a la iglesia. La calzada tendrá dos carriles de 7 metros de ancho, y en la calle de Espartero, los carriles serán de 6,60 metros. También se habilitará un carril bici en el lado este, que se elevará a nivel de acera en algunos tramos.

El espacio peatonal en la plaza se ampliará mediante la creación de parterres ajardinados con arbustos y flores, además de la plantación de 27 nuevos árboles de diferentes especies que aportarán sombra y frescura, especialmente en verano.

Entre las especies seleccionadas se encuentran tilos, perales en flor y tulíperos, cada uno en zonas específicas, enriqueciendo la biodiversidad y el paisaje urbano.

El mobiliario urbano será renovado con 27 bancos y 10 sillas, además de un aparcabicis. Destaca la incorporación de una pérgola de sombra con un sistema de lluvia de agua a demanda, que además tendrá una pequeña zona de juegos acuáticos para niños y una iluminación LED alimentada por paneles solares, logrando un espacio más ecológico y funcional durante las noches.

Este ambicioso proyecto no solo busca embellecer y modernizar el centro de Zaragoza, sino también promover un modelo de ciudad más sostenible y amigable con el medio ambiente.

La inversión en infraestructuras y espacios públicos responde a la necesidad de ofrecer a los ciudadanos un entorno urbano de calidad, donde la movilidad, el ocio y la sostenibilidad convergen para mejorar la calidad de vida en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad.

La historia de Zaragoza, que data del siglo I a.C. y fue una importante ciudad romana, se refleja en estos proyectos que combinan tradición y modernidad para un futuro más verde y accesible.