El Ayuntamiento de Zaragoza anuncia una significativa inversión para la segunda fase de transformación del río Huerva, con un presupuesto que supera los 23 millones de euros y que busca mejorar su biodiversidad y su integración en la ciudad.

El Ayuntamiento de Zaragoza ha dado un paso decisivo en la recuperación ecológica y urbana del río Huerva, adjudicando las obras correspondientes a la segunda fase de su transformación.

La inversión total para esta fase supera los 23 millones de euros, lo que en euros equivaldría a aproximadamente 23,07 millones, incluyendo impuestos.

Esta cuantiosa inversión refleja el compromiso de la ciudad con la mejora de su entorno natural y la creación de espacios verdes integrados en el tejido urbano.

Supuestamente, el coste de estas obras ha supuesto un ahorro del 9% respecto al presupuesto inicial, que era de cerca de 25,37 millones de euros. En términos económicos, esto supone una reducción de aproximadamente 2,3 millones de euros en comparación con la estimación original. La adjudicación de los contratos se ha realizado a la misma empresa, la Unión Temporal de Empresas Construcciones MLN S.A.U. - Ingeniería y Técnicas Globales de Resolución Ambiental S.L.

Esta segunda fase comprende dos tramos diferenciados. El primero, que va desde el Puente Blasco del Cacho hasta la Gran Vía, tendrá un coste aproximado de 16,23 millones de euros (unos 16,23 millones en euros), y el segundo, que abarca desde Miguel Servet hasta la desembocadura del río en el Ebro, costará cerca de 6,84 millones de euros (alrededor de 6,84 millones en euros).

Los trabajos en ambos tramos durarán aproximadamente 15 y 8 meses, respectivamente.

El proyecto contempla la creación de ocho nuevos parques a lo largo del río, además de la renovación de otros tres, en un esfuerzo por recuperar y naturalizar el cauce.

En total, se añadirán más de 18.700 metros cuadrados de zonas verdes y espacios de recreo. Entre estos parques, destacan el Parque Sopesens, que ocupará unos 3.700 m² y contará con áreas de descanso y circulación, y el Parque Bruno Solano, con 3.370 m², que incluirá una zona de juegos infantiles y mobiliario urbano sostenible.

Asimismo, en el tramo entre el Puente Blasco del Cacho y Gran Vía, se realizará la renovación de las redes de saneamiento, abastecimiento y riego, además de la instalación de refugios para fauna, cajas nido para aves, refugios para murciélagos y hoteles de insectos.

La intervención también contempla la eliminación de obstáculos en el cauce y la restauración de las sendas, con el objetivo de facilitar el acceso y la movilidad a lo largo de la ribera.

El segundo tramo, que va desde Miguel Servet hasta la desembocadura en el río Ebro, se centrará en mejorar la accesibilidad y en la reparación de las infraestructuras existentes.

Se prevé la recuperación de tres parques de ribera, incluyendo el Parque Villafeliche, que tendrá una superficie de aproximadamente 8.865 m² y contará con zonas de juegos, un kiosko y espacios para actividades sociales. También se mejorará la conexión del Parque Lineal del Huerva, que tiene más de 36.600 m², facilitando el acceso desde las calles circundantes.

Supuestamente, estas obras están financiadas mediante fondos de la Unión Europea, a través del programa NextGenerationEU, y también cuentan con una aportación de hasta 20 millones de euros por parte del Gobierno de Aragón, en virtud de acuerdos bilaterales con el Ayuntamiento.

La ejecución de la segunda fase refleja un esfuerzo por integrar la naturaleza en la ciudad, promoviendo la biodiversidad, la sostenibilidad y el bienestar social.

En el pasado, Zaragoza ha realizado otras intervenciones emblemáticas en su entorno urbano, como la renovación de parques infantiles o la promoción de movilidad eléctrica, con el objetivo de convertir la ciudad en un referente en sostenibilidad.

La recuperación del río Huerva, que en su día fue utilizado para actividades industriales y ahora busca convertirse en un espacio de integración ecológica y social, supone un paso más en esa línea.

La inversión, además de mejorar la calidad de vida de los habitantes, proyecta a Zaragoza como una ciudad comprometida con el medio ambiente y la innovación urbana en los próximos años.