La residencia municipal Casa Amparo en Zaragoza se convierte en escenario de tradiciones navideñas con un belén centenario y una sorprendente figura de ganchillo elaborada por residentes y personal municipal, reflejando la riqueza cultural y el compromiso social de la ciudad.

Zaragoza continúa fortaleciendo su espíritu navideño con una serie de actividades y decoraciones que resaltan su historia y compromiso social. La alcaldesa de la ciudad, Natalia Chueca, junto a la consejera de Políticas Sociales, Marian Orós, visitaron recientemente la residencia municipal Casa Amparo, un emblemático centro para personas mayores en situación de dependencia.

Allí, se ha instalado un tradicional belén que abarca 40 metros cuadrados y que cuenta con más de 150 años de historia, siendo uno de los belenes más antiguos y queridos de la ciudad.

La Casa Amparo, que ha sido un pilar en la atención a los mayores en Zaragoza, es considerada por las autoridades locales como uno de los equipamientos municipales de mayor orgullo, ya que representa el compromiso de la ciudad con las personas vulnerables.

La alcaldesa resaltó el trabajo del equipo de la residencia y las inversiones recientes del Ayuntamiento, que incluyen mejoras en la climatización y en el confort del edificio, garantizando así un ambiente cálido y acogedor en estas fechas.

Una de las novedades más destacadas de este año es la exposición de un árbol de ganchillo de 2.5 metros de altura, elaborado con esmero por residentes y personal de la residencia con la colaboración del grupo de ganchillo de la Asociación María Antonia Orús, de Villanueva de Gállego.

Esta actividad comenzó en abril pasado y supuestamente requirió la participación de muchas manos, incluyendo la de Celia Torres, una residente que aportó aproximadamente 300 cuadrantes para completar la estructura.

La creación colectiva refleja la unión y la dedicación de todos los estamentos que conforman la residencia, desde terapeutas hasta personal de limpieza y familiares.

El diseño del árbol ha sido realizado por el equipo de mantenimiento del Ayuntamiento, que también se encargó del montaje, y su estructura fue construida por los carpinteros de las brigadas municipales.

La residencia y el Ayuntamiento trabajan en conjunto para mantener viva la tradición navideña, que en este centro tiene raíces profundas.

El belén de Casa Amparo no solo destaca por su antigüedad, sino también por las aportaciones de diferentes generaciones y colectivos. Desde sus inicios, las niñas huérfanas del centro ayudaban a las religiosas de las Hijas de la Caridad en su montaje. Con el paso del tiempo, voluntarios y, en los últimos años, el personal de mantenimiento han sido los encargados de su diseño e instalación. Desde 2011, cada año se han añadido nuevas figuras en homenaje a personas y colectivos relacionados con la residencia, como voluntarios y profesionales de la salud.

El belén también cuenta con elementos que remiten a diferentes culturas y épocas, como una zona de desierto con oasis y haima, un mercado, miliarios y una reproducción en miniatura de las norias de Hama, ciudad siria famosa por sus mecanismos hidráulicos.

Estas figuras y escenarios reflejan no solo la tradición cristiana, sino también la diversidad cultural y la historia de la región.

La visita al belén y a la decoración de ganchillo podrá realizarse todos los días en horario de 10:00 a 20:00 horas, hasta el 7 de enero. Las visitas en grupo deben concertarse previamente llamando al teléfono 976 72 49 49, con el fin de garantizar la seguridad y la mejor experiencia para todos los visitantes.

Por otro lado, la residencia Casa Amparo actualmente acoge a 129 residentes, con una edad media de 84 años. Este centro ofrece una atención integral y continua, con un equipo compuesto por 52 profesionales municipales, además de contratistas que prestan servicios de comedor, limpieza, lavandería y fisioterapia.

La residencia ha sido testigo de la historia social de Zaragoza y continúa siendo un símbolo de inclusión y cuidado para las personas mayores en la ciudad.

En el contexto histórico, Zaragoza siempre ha sido una ciudad que valora sus tradiciones, desde las celebraciones romanas hasta las festividades medievales.

La instalación de estos elementos navideños refuerza su identidad cultural y su compromiso con la comunidad, promoviendo valores de solidaridad, respeto y participación social.

La combinación de un belén con más de un siglo de historia y una moderna figura de ganchillo refleja la unión entre pasado y presente, haciendo de estas fechas un momento de convivencia y memoria colectiva.

En definitiva, Zaragoza sigue demostrando que su espíritu navideño va más allá de las decoraciones tradicionales, integrando historia, cultura y solidaridad en cada rincón de la ciudad, especialmente en espacios tan emblemáticos como la residencia Casa Amparo.