La ciudad de Zaragoza participa en un innovador programa europeo para reducir la presencia de microplásticos en sus ríos, con una inversión récord de aproximadamente 7 millones de euros. El proyecto, que cuenta con la colaboración de destacados centros tecnológicos, busca implementar tecnologías avanzadas de filtración y contribuir a la protección de los ecosistemas acuáticos en toda Europa.

Zaragoza ha dado un paso destacado en la lucha contra la contaminación acuática al participar en un proyecto europeo pionero destinado a erradicar los microplásticos en sus ríos.

Este esfuerzo, enmarcado dentro del programa Horizon de la Unión Europea, se centra en la implementación de soluciones tecnológicas avanzadas para reducir la presencia de basura, plásticos y microplásticos en los cauces de los ríos Ebro, Danubio, Queich, Olona, Tesino, Trent y Servern.

La inversión total para esta iniciativa supera los 7 millones de euros, lo que representa una de las aportaciones más elevadas en proyectos de este tipo en Europa.

Supuestamente, esta cantidad ha sido financiada en parte por fondos europeos y en parte por aportaciones locales, con el objetivo de desarrollar tecnologías que puedan ser replicadas en otras regiones.

En concreto, la Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) de La Almozara en Zaragoza participa activamente en la búsqueda de métodos efectivos para filtrar los microplásticos presentes en el agua.

Víctor Serrano, consejero de Urbanismo, Infraestructuras, Energía y Vivienda, explicó que en colaboración con centros tecnológicos como el Centro Tecnológico Aittip y Leitat, se ha instalado un módulo experimental que prueba un sistema de filtración avanzado.

Este sistema, que todavía se encuentra en fase de ajustes, comenzará a operar en septiembre, realizando muestreos cinco días a la semana durante al menos un año.

El proceso consiste en analizar muestras de agua tras el tratamiento municipal, antes de que esta sea vertida en el río Ebro, con el fin de cuantificar la cantidad, tipos y tamaños de microplásticos que permanecen en el agua.

El proyecto también está alineado con la reciente Directiva Europea 2024/3019, aprobada a finales de 2024, que establece la obligación de eliminar microplásticos y contaminantes emergentes en las depuradoras para 2045.

Aunque la normativa puede experimentar retrasos dependiendo de la transposición en cada país y las particularidades de las cuencas hidrográficas, la importancia de avanzar en estas tecnologías es indiscutible.

Supuestamente, en otros países, como Alemania y Serbia, ya se están explorando técnicas de eliminación biológica mediante microorganismos que destruyen los microplásticos, especialmente en los sedimentos acumulados en los ríos, ejemplo de un trabajo colaborativo que también incluye al Reino Unido e Italia.

El proyecto Upstream, en el que participa Zaragoza, busca además monitorizar y prevenir la presencia de estos contaminantes, eliminar los microplásticos en las plantas de tratamiento y promover la valorización de los plásticos recogidos en los ecosistemas.

La iniciativa pretende no solo mejorar la calidad del agua, sino también ampliar el conocimiento sobre la dinámica de los microplásticos en los diferentes ecosistemas europeos.

Este esfuerzo conjunto evidencia el compromiso de Zaragoza con la protección ambiental y el avance en tecnologías sostenibles. La participación en este proyecto no solo posiciona a la ciudad en la vanguardia de la innovación ecológica, sino que también refleja una apuesta decidida por la conservación de sus recursos naturales y la salud de sus ríos en un contexto global cada vez más desafiante respecto a la contaminación plástica.