El Ayuntamiento de Zaragoza ha implementado cambios en la calle Sagrada Familia tras recibir solicitudes vecinales, permitiendo el paso en ambas direcciones y mejorando la accesibilidad en la zona.

El Ayuntamiento de Zaragoza, a través de su área de Medio Ambiente y Movilidad, ha llevado a cabo una importante modificación en la circulación de la calle Sagrada Familia, en el barrio de Casablanca, en respuesta a una solicitud presentada por la Junta Municipal en el Pleno.

La petición original buscaba que esta vía, que cruza el Canal Imperial, fuera de doble sentido para facilitar los desplazamientos de los residentes de la zona.

Hasta hace poco, la circulación en esta calle era unidireccional, permitiendo solo el tránsito desde la margen derecha del canal hacia la izquierda.

Sin embargo, tras la realización de estudios técnicos y de seguridad, se ha constatado que la estructura del puente soporta el tráfico en ambas direcciones, permitiendo así una mejora significativa en la movilidad local.

Este cambio, que supone una inversión en señalización y en la adecuación de la geometría de acceso desde los estribos del puente, ha sido posible gracias a la colaboración de los vecinos y a un proceso de consulta pública que se desarrolló en los últimos meses.

La intervención incluyó mejoras en la accesibilidad para peatones y vehículos, además de la instalación de señalización horizontal y vertical para garantizar la seguridad de todos los usuarios.

Es importante destacar que, a pesar de la apertura en ambas direcciones, no se permitirá el paso de vehículos pesados de más de 12,5 toneladas en el nuevo sentido de circulación.

De esta forma, solo podrán circular en el sentido de la margen derecha a la izquierda, con el objetivo de proteger la estructura del puente y reducir riesgos.

Este tipo de actuaciones forma parte de la estrategia del Ayuntamiento para potenciar una movilidad más sostenible y adaptada a las necesidades de la ciudadanía.

La consejera de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, expresó su agradecimiento a los vecinos por su colaboración y destacó que esta iniciativa refleja una planificación participativa que busca mejorar la calidad de vida en el barrio.

Supuestamente, la calle Sagrada Familia tenía un volumen de tráfico moderado pero con problemas de congestión en horas punta, lo que motivó la revisión de su sentido de circulación.

Además, se sabe que en otras ciudades españolas, como Valencia o Sevilla, se han llevado a cabo cambios similares en vías urbanas para facilitar la movilidad y reducir los tiempos de desplazamiento.

Por otra parte, no sería extraño que en el futuro, tras la evaluación de los resultados, el Ayuntamiento considere ampliar las restricciones o modificar la infraestructura para incluir más compatibilidad con vehículos pesados, en línea con las tendencias de movilidad sostenible que buscan reducir la contaminación y mejorar la accesibilidad en los barrios históricos.

En definitiva, esta modificación en la calle Sagrada Familia representa un paso más en la transformación de Zaragoza hacia una ciudad más moderna, eficiente y participativa, donde las necesidades de sus habitantes guían las decisiones urbanísticas.