El evento en el parque de Macanaz reunió a cerca de 40.000 asistentes para celebrar la cultura del vino y la gastronomía sostenibles en Zaragoza, con actividades, música y degustaciones de vinos de la región.
El pasado fin de semana, Zaragoza vivió una de sus citas más esperadas en el ámbito enoturístico y cultural: el I Festival Internacional de la Garnacha y la Gastronomía Sostenible.
La celebración, que se llevó a cabo en el emblemático parque de Macanaz, logró congregar a aproximadamente 40.000 personas, quienes disfrutaron de un evento que combinó tradición, innovación y sostenibilidad en un entorno privilegiado con vistas a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar.
Este festival, que forma parte de la iniciativa para promover a Zaragoza como la Capital Mundial de la Garnacha, una de las variedades de uva más extendidas y valoradas a nivel global, se ha consolidado como un referente en la promoción del vino y la gastronomía regional.
La región aragonesa cuenta con unas 18.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid, siendo la garnacha la variedad predominante y símbolo de identidad local.
Durante los días del evento, los asistentes pudieron disfrutar de catas, maridajes y degustaciones en las 16 bodegas participantes, donde se sirvieron vinos de calidad que reflejaban la riqueza vitivinícola de la zona.
Los precios de las botellas, que oscilaban entre los 8 y los 35 euros, permitieron a los visitantes adquirir productos exclusivos y de alta calidad para llevar a casa.
El espacio habilitado en el parque contó con 21 casetas donde se vendieron productos locales, además de zonas de picnic, un mercado boutique y un photocall para capturar los mejores momentos del festival.
Un escenario llamado 'Vibra Garnacha' fue el epicentro de la música en vivo, con grupos locales que animaron a los asistentes durante todo el fin de semana.
Este evento no solo fue un punto de encuentro para amantes del vino y la gastronomía, sino que también buscó potenciar el turismo sostenible y el desarrollo económico de la ciudad.
La iniciativa forma parte de la estrategia del Ayuntamiento para atraer visitantes, aprovechar el potencial vitivinícola y fortalecer la hostelería y el comercio local.
El alcalde de Zaragoza, Juan Pérez, destacó que "con este festival queremos crear un espacio de convivencia y celebración alrededor del vino, que simboliza nuestro territorio, cultura y tradición.
La garnacha, reconocida mundialmente, es un reflejo del carácter y la historia de nuestra región, y a través de este evento buscamos dinamizar nuestro patrimonio y promover un turismo responsable y de calidad".
La historia de la garnacha en Aragón se remonta a la época romana, cuando las primeras semillas fueron plantadas en la región. Desde entonces, esta variedad ha sido testigo de la evolución de la viticultura local, enfrentándose a desafíos como las plagas y las crisis económicas, pero siempre manteniendo su valor cultural y económico.
En la actualidad, la garnacha goza de reconocimiento internacional, con denominaciones de origen que protegen su calidad y autenticidad.
Este festival se une a otras iniciativas similares que buscan poner en valor los recursos locales y promover un turismo enológico que respete el medio ambiente.
La celebración en Zaragoza no solo ha sido un éxito en términos de asistencia, sino también un ejemplo de cómo la cultura del vino puede servir como motor de desarrollo sostenible, generando empleo y promoviendo la conservación del patrimonio vitivinícola.
Sin duda, este evento deja una huella importante en la agenda cultural y turística de la ciudad, que continúa apostando por su identidad y su futuro sostenible.