Una exposición en Zaragoza muestra por primera vez en Europa el arte del origami boliviano, fusionando tradiciones ancestrales con técnicas contemporáneas en una colección de 44 piezas que representan la conexión espiritual con la Madre Tierra.

La exposición titulada 'Origami Bolivia' llega al Centro de Historias de Zaragoza, abriendo una ventana a la profunda conexión entre el arte del plegado de papel y las tradiciones ancestrales de Bolivia.

La muestra, que estará abierta del 21 de junio al 14 de septiembre, ha sido posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza, la Escuela Museo de Origami de Zaragoza (EMOZ) y la Sociedad Boliviana de Origami.

Este evento representa un hito cultural, ya que por primera vez en Europa se exhiben las obras de destacados artistas bolivianos especializados en origami, un arte que en Bolivia ha evolucionado desde prácticas tradicionales indígenas hasta convertirse en una forma de expresión artística contemporánea.

La colección comprende 44 piezas, en su mayoría representaciones de animales, que reflejan no solo la destreza técnica sino también un profundo simbolismo ligado a la cosmovisión andina.

Bolivia, un país conocido por su diversidad cultural y geográfica, ha nutrido su arte con elementos de su identidad, incluyendo la música, la danza, los tejidos y la cerámica.

En los últimos años, el origami ha emergido como un nuevo lenguaje para expresar esa riqueza cultural, combinando técnicas japonesas con materiales autóctonos como fibras andinas, bambú, algodón y pigmentos naturales.

Algunas obras, como el papel 'Pachamama', creado por Henrry Nicolás Delgado Avendaño, conocido como 'OrigamistaNico', ejemplifican esta fusión. Este papel, elaborado sin dobleces, simboliza la conexión espiritual con la Madre Tierra.

La exposición destaca a más de una decena de artistas bolivianos, cada uno con una trayectoria y estilo único. Johan Noel Pucho se distingue por la complejidad de sus modelos, mientras que Javier Rubén Alegría ha obtenido premios internacionales por su trabajo.

Ayrton Iván Huanca se enfoca en diseños que transmiten emociones y volumen, y Rodrigo Denilzon Saravia explora temas relacionados con la percepción, el ego y la identidad a través del papel.

Además, artistas como Oliver Asael Flores, Carlos Mirko Huanca, Juan Flores, Richard Rodrigo Larico, Noemí Berríos y Fernando Chura completan este colectivo de creadores que reflejan la evolución del origami en Bolivia.

Más allá de su valor artístico, el origami boliviano ha demostrado ser una herramienta de gran impacto social y educativo. Diversos talleres realizados por estos artistas y otros colectivos han llevado esta disciplina a diferentes colectivos, incluyendo niños, adolescentes y personas mayores.

En estos talleres, se trabaja en el desarrollo de habilidades motrices finas, la concentración y la autoestima, además de estimular la memoria y la coordinación en adultos mayores.

La práctica también se ha utilizado en espacios de intervención emocional y de autocuidado.

El origami en Bolivia ha servido, además, como puente intercultural, promoviendo el diálogo entre tradiciones indígenas y conocimientos contemporáneos.

Proyectos sustentables y respetuosos con el medio ambiente han surgido de esta práctica, fomentando el respeto a la naturaleza y fortaleciendo la identidad cultural.

La exposición en Zaragoza no solo invita a apreciar la belleza de estas obras, sino también a reflexionar sobre cómo el arte puede ser un medio para mantener vivas las raíces ancestrales en un mundo en constante cambio.

La muestra representa, en definitiva, un homenaje a la creatividad y al espíritu de una cultura que, a través del origami, sigue expresando su historia y su visión del mundo.