La ciudad de Zaragoza continúa su apuesta por la movilidad sostenible con la instalación de 47 nuevos puntos de recarga eléctrica en sus cocheras, complementando los 75 ya existentes y permitiendo la gestión de una flota totalmente eléctrica de autobuses urbanos. La inversión, apoyada por fondos europeos, refleja el compromiso de la ciudad con su objetivo de convertirse en una de las primeras capitales españolas neutras en emisiones para 2030.
Zaragoza sigue dando pasos firmes hacia un modelo de transporte público más ecológico y eficiente. En los últimos días, se ha completado la segunda fase del plan de electrificación de las cocheras de la empresa concesionaria del autobús urbano, Avanza.
Este proyecto, considerado uno de los más ambiciosos en España, contempla la instalación de 47 nuevos puntos de recarga que se suman a los 75 ya existentes, formando un sistema completo que garantiza la gestión de una flota de 112 autobuses 100% eléctricos.
Esta infraestructura avanzada asegura que Zaragoza se mantenga a la vanguardia en movilidad sostenible, alineándose con su ambicioso objetivo de convertirse en una de las primeras capitales españolas en alcanzar la neutralidad climática para el año 2030.
La iniciativa ha sido posible gracias a la financiación europea, específicamente del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, conocido como NextGenerationEU, que ha aportado cerca de 8,9 millones de euros para la compra de nuevos vehículos y la modernización de las instalaciones.
El proyecto de electrificación comenzó durante la pasada legislatura con la construcción de una línea eléctrica de 1,5 kilómetros que conecta la subestación de Torre Olivera con una nueva subestación ubicada dentro de las cocheras municipales.
En aquella fase, se instalaron 75 cargadores, entre ellos 37 de 100 kW para autobuses de 12 metros y 38 de 150 kW para autobuses articulados de 18 metros.
Además, se incorporó un cargador rápido de 300 kW para emergencias o situaciones imprevistas, así como un Puesto de Control Centralizado (PCC), que permite gestionar en tiempo real toda la operación de carga mediante un sistema SCADA, herramienta clave en la automatización industrial.
Supuestamente, en esta segunda fase, se han incorporado 47 nuevos puntos de carga con una potencia superior a los 120 kW cada uno, además de tres centros de transformación que completan un anillo de media tensión.
Estos equipos permiten la carga automática mediante pantógrafos invertidos o cables CCS2, adaptándose a diferentes necesidades operativas.
Asimismo, la inversión ha incluido la adquisición de 43 nuevos autobuses eléctricos, entre ellos 40 Mercedes eCitaro y tres autobuses turísticos de dos pisos, con una inversión total de aproximadamente 8,3 millones de euros.
La financiación europea ha cubierto la mayor parte de estos costes, demostrando el compromiso de Zaragoza con la sostenibilidad y la innovación.
Presuntamente, estos autobuses turísticos, que próximamente entrarán en servicio, benefician de una ayuda europea de 1,5 millones de euros, obtenida a través del Plan Extraordinario de Sostenibilidad Turística en Destino, gestionado por el Gobierno de Aragón, en línea con la estrategia regional de potenciar el turismo sostenible.
La alcaldesa de Zaragoza y otros responsables municipales han destacado que estos avances sitúan a la ciudad en una posición de liderazgo en movilidad eléctrica, sirviendo como ejemplo para otras ciudades españolas y europeas.
La Semana Europea de la Movilidad, que se celebra actualmente, ha sido el marco perfecto para presentar estos logros y promover el compromiso de Zaragoza con un futuro más limpio y sostenible.
En el contexto internacional, Zaragoza no es la única ciudad que apuesta por la electrificación del transporte público. Aunque presuntamente otras capitales europeas también están en proceso de transformación, Zaragoza destaca por la rapidez y eficiencia en la ejecución de su plan, que combina inversión pública, fondos europeos y una visión clara de sostenibilidad a largo plazo.
La ciudad continúa trabajando para ampliar su flota eléctrica, mejorar la infraestructura y reducir su huella de carbono, en línea con los compromisos internacionales y nacionales en materia de cambio climático.