La Diputación de Málaga presenta el informe 'BioAction Social Málaga' para potenciar la bioeconomía circular y combatir la despoblación.
La Diputación de Málaga ha dado a conocer el informe titulado 'BioAction Social Málaga', una iniciativa que se centra en analizar y explotar las cadenas de valor de los recursos agroganaderos y forestales en la provincia.
Este diagnóstico es el primero de su tipo y busca resaltar el potencial de la bioeconomía circular en la región, integrando innovaciones tecnológicas que puedan beneficiar no solo al medio ambiente, sino también a la economía local.
El presidente de la Diputación, Francisco Salado, presentó el estudio junto a Javier Calvo, representante de la Fundación Cesefor, que ha sido la responsable de su elaboración.
Este proyecto se deriva de un protocolo de colaboración firmado el año anterior, válido por cuatro años, en el cual participan más de cincuenta ayuntamientos que han aportado sus opiniones a través de encuestas.
Este dato refleja un interés creciente en el modelo de bioeconomía, que busca no solo eficiencia sino también sostenibilidad en el uso de los recursos.
Salado destacó que en la pequeña pero valiosa provincia de Málaga, se disponen de aproximadamente 362.000 hectáreas de patrimonio forestal que podrían ser utilizadas para la producción de biomasa, madera y otros recursos como el corcho. Sin embargo, enfatizó la necesidad de aumentar el valor añadido de estos productos, pues "exportamos en bruto y sin aportar valor local". También resaltó que el sector agropecuario se caracteriza primordialmente por cultivos leñosos, contabilizando alrededor de 135.000 hectáreas de olivar, viñedos y frutales subtropicales.
La región, históricamente vinculada a la agricultura y los recursos forestales, debe afrontar nuevos retos como la despoblación y el desempleo, especialmente en comunidades rurales.
Salado comentó que uno de los objetivos es liderar el desarrollo de la gestión forestal en Andalucía, creando empleo y abordando problemas sociales significativos.
Por su parte, el informe no solo analiza los recursos presentes en la provincia, sino que plantea soluciones prácticas y sustentables. Se busca crear una hoja de ruta que no solo genere riqueza a partir de residuos, sino que también fije la población rural mediante oportunidades laborales.
Javier Calvo, de la Fundación Cesefor, enfatizó que la bioeconomía no es solo un concepto teórico, sino una oportunidad tangible para revitalizar las economías locales.
Destacó la importancia de identificar productos y residuos agroforestales que puedan generar bioproductos y, en consecuencia, nuevos empleos.
Este estudio señala que la bioeconomía circular debe ser vista como una estrategia integral que permite el uso eficiente de recursos renovables, contribuyendo a la producción de energía, alimentos y productos valiosos, y alineándose con principios de desarrollo sostenible.
Salado también mencionó que, tras la digitalización, la región se está preparando para lo que describe como la "BioRevolución", un nuevo paradigma que tiene el potencial de transformar la economía malagueña.
Con la colaboración de todos los actores involucrados –ayuntamientos, grupos de desarrollo local y especialistas técnicos–, se está gestando un futuro más sostenible y próspero para la provincia.