La Comunidad de Madrid continúa recuperando un histórico castillo con inversión millonaria

La Comunidad de Madrid está llevando a cabo una importante labor de conservación y recuperación del recinto amurallado del Castillo de Torremocha, localizado en el municipio de Santorcaz.

Estos trabajos, actualmente enfocados en el segmento exterior entre el segundo torreón circular y el ábside de la iglesia parroquial de San Torcuato, declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, forman parte de un plan integral para devolverle su esplendor histórico y garantizar su preservación para futuras generaciones.

Desde 2018, la administración regional ha destinado aproximadamente 900.000 euros a la #restauración de esta fortaleza, que representa una parte significativa del presupuesto total superior a los 2 millones de euros invertidos en proyectos de conservación en la zona.

La iniciativa ha permitido consolidar estructuras, reforzar muros y realizar trabajos de rehabilitación en diferentes fases, con una previsión de finalización en 2026.

En particular, en septiembre de 2024, se iniciaron trabajos específicos en la superficie exterior entre la Torre Albarrana y el segundo torreón circular, además de mejorar los espacios circundantes, siguiendo criterios similares a los aplicados en etapas anteriores.

Las obras de consolidación tienen como objetivo principal mantener la estabilidad de los restos arqueológicos, evitar que las lesiones existentes progresen y prevenir la pérdida de elementos originales de la muralla.

Estas acciones incluyen reintegraciones para mejorar la integridad estructural y la recuperación de la imagen original del castillo, que, según supuestamente datos históricos, fue construido entre el siglo XIII y el XIV sobre una fortificación previa de la que no queda referencia documental.

El Castillo de Torremocha

El Castillo de Torremocha, también conocido como la torre desmochada por su estructura parcialmente destruida, se sitúa en la parte alta de Santorcaz, sobre los restos de un antiguo palacio arzobispal.

Su localización estratégica, en un promontorio que domina el barranco hacia la vega del arroyo Anchuelo, evidencia su papel defensivo, aunque supuestamente su función principal sería de apoyo a la fortaleza de Alcalá de Henares, conocida en la época como Alcalá la Vieja, en la vigilancia de los campos agrícolas entre ambos puntos.

Este castillo, que abarca aproximadamente 8.000 metros cuadrados, es el único vestigio superviviente del sistema defensivo que rodeaba la población en la Edad Media. La muralla, que en sus tramos mejor conservados supera los 10 metros de altura, contaba con varias torres de diferentes tipos y, según algunas fuentes, tenía dos accesos, de los cuales solo uno permanece visible, unido al campanario de la iglesia de San Torcuato.

Durante el siglo XVI, el castillo dejó de ser una estructura militar y fue utilizado como prisión para nobles, incluyendo a figuras destacadas como Ana de Mendoza, la Princesa de Éboli, quien supuestamente conspiró contra Felipe II, y al Cardenal Cisneros, antes de su ascenso en la corte.

Desde 2018, las inversiones en su conservación no solo han incluido trabajos en la estructura, sino también en otros elementos patrimoniales de Santorcaz, como el acondicionamiento del Camino de la Galiana, la recuperación del área de la fuenteabrevadero del Caño Alto, un lavadero del siglo XIX, y las ruinas de una antigua almazara, enriqueciendo así el #patrimonio cultural de la localidad y promoviendo su valor histórico.

Supuestamente, estos esfuerzos reflejan un compromiso de la Comunidad de Madrid por proteger su legado histórico, preservando monumentos que representan siglos de historia y que, como el Castillo de Torremocha, siguen siendo testigos de un pasado lleno de historias y acontecimientos que marcaron la región y el país en diferentes épocas.