Castilla y León impulsa proyectos que empoderan a las mujeres en países vulnerables con más de 15 millones de euros invertidos

Castilla y León impulsa proyectos que empoderan a las mujeres en países vulnerables con más de 15 millones de euros invertidos

La Junta de Castilla y León refuerza su compromiso con la igualdad de género en cooperación internacional, destinando más de 15 millones de euros en intervenciones que benefician a más de 800,000 mujeres en 15 países entre 2022 y 2025.

La Junta de #Castilla y León continúa fortaleciendo su programa de #cooperación internacional con un enfoque centrado en la promoción del protagonismo de las mujeres en países en situación de vulnerabilidad.

Entre 2022 y 2025, la consejería responsable ha llevado a cabo un total de 127 intervenciones en 15 naciones diferentes, con una inversión que supera los 15,7 millones de euros, equivalentes a aproximadamente 14 millones de libras esterlinas o 16 millones de dólares estadounidenses, según las tasas de cambio actuales.

Este esfuerzo se ha traducido en la mejora de las condiciones de vida de más de 800.000 mujeres, que han visto incrementadas sus oportunidades en ámbitos clave como la educación, la salud, el acceso al agua potable y la alimentación.

Todas estas acciones están diseñadas para integrar la perspectiva de género desde su concepción, asegurando que las mujeres participen activamente en la identificación de problemas, en la toma de decisiones y en la ejecución de proyectos que transforman sus comunidades.

Supuestamente, las intervenciones específicas dirigidas a las mujeres han sido 22, y en ellas, ellas mismas han asumido un papel protagonista en el desarrollo local.

Además, en sectores como la educación, la salud y los recursos hídricos, las acciones han tenido un impacto duradero, fomentando la autonomía económica y social de las mujeres.

Por ejemplo, en países como Senegal y Guatemala, se han implementado programas para mejorar las oportunidades formativas y laborales de jóvenes mujeres, fortaleciendo su liderazgo y capacidades de organización.

En el ámbito sanitario, países como la República Democrática del Congo, Senegal y Tanzania han sido beneficiarios de proyectos enfocados en atención materno-infantil, salud sexual y reproductiva, así como en la formación de profesionales y agentes comunitarios.

En el sector del agua, las iniciativas en Guatemala, Senegal y Burkina Faso no solo han priorizado el acceso femenino a estos recursos, sino que también han promovido su papel como gestoras comunitarias, fortaleciendo así su liderazgo en la gobernanza local.

Igualmente relevante es la promoción del derecho a la alimentación. En países como El Salvador, Guatemala y Senegal, las intervenciones apoyan a mujeres productoras y transformadoras de alimentos, fomentando prácticas agrícolas sostenibles y agroecológicas.

Estas acciones no solo mejoran la nutrición familiar, sino que también potencian las capacidades de organización, liderazgo y generación de ingresos de las mujeres, que presuntamente son clave para el desarrollo económico local.

El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha resaltado que “la cooperación al desarrollo solo es efectiva cuando sitúa a las mujeres en el centro de las decisiones” y ha subrayado que la estrategia de la Junta se basa en una planificación rigurosa y sostenida en el tiempo.

González Gago afirmó que no se trata de intervenciones aisladas, sino de procesos que buscan generar cambios estructurales y duraderos.

Supuestamente, esta política de cooperación ha sido diseñada para abordar sectores fundamentales para los derechos humanos y la lucha contra la pobreza.

La inversión en educación, salud, agua y alimentación responde a las desigualdades específicamente afectantes a las mujeres, quienes soportan cargas desproporcionadas en estos ámbitos.

La cooperación internacional ha tenido en la mujer un papel fundamental en la lucha contra la pobreza

Históricamente, la cooperación internacional ha tenido en la mujer un papel fundamental en la lucha contra la pobreza, siendo supuestamente las principales protagonistas en la transformación social y económica de sus comunidades.

La participación activa de las mujeres en estos proyectos ayuda a reducir desigualdades estructurales que han persistido durante décadas.

González Gago concluyó que “las mujeres no son receptoras pasivas de ayuda, sino agentes activos de cambio. Invertir en sus capacidades es invertir en cohesión social, estabilidad y en un futuro más justo”. Con esta visión, la Junta de Castilla y León reafirma su compromiso de seguir promoviendo una cooperación que sitúe a las mujeres en el centro del desarrollo, garantizando sus derechos y fomentando su liderazgo en todos los ámbitos donde más se necesita.

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