El Ayuntamiento de Valencia encarga estudio para proteger arquitectura del siglo XX en la ciudad

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El 05 de julio de 2024, en la ciudad de Valencia, la Junta de Gobierno Local ha aprobado encargar a AUMSA la asistencia técnica para la elaboración de un catálogo del movimiento moderno en la ciudad de València.

Se trata de elaborar 100 fichas urbanísticas de otros tantos edificios de la ciudad que reflejen lo mejor de la arquitectura del siglo XX en la ciudad.

Se pretende que los edificios elegidos recojan estilos tan diversos como el art déco, el neobarroco, el brutalismo o el movimiento tardomoderno así como la influencia en los edificios de nuestra ciudad de los postulados de escuelas arquitectónicas como la Bauhaus o de arquitectos como Mies van der Rohe, Le Corbusier o Gropius.

El estudio engrosará el Catálogo Estructural de Bienes y Espacios Protegidos de la ciudad de València.

Una vez recibido el informe, el Ayuntamiento estudiará si los edificios seleccionados merecen protección patrimonial como bien de relevancia local o, incluso, como bien de interés cultural de la ciudad y si son objeto de protección patrimonial.

Este estudio, que tiene un coste de 65.537,47 euros, IVA incluido, pretende compensar la falta de edificios del siglo XX en el catálogo de protecciones patrimoniales de València.

El estudio afectará todos los distritos de València salvo Ciutat Vella, que ya ha efectuado este estudio por medio de su Plan Especial de Protección (PEP). El concejal de Urbanismo, Juan Giner, ha explicado que “esta iniciativa nace de una propuesta que presentamos hace ya 3 años cuando, desde la oposición, planteamos en la Comisión de Urbanismo realizar un análisis de todas aquellas construcciones del siglo XX y XXI que, desde su creación, han pasado a formar parte de nuestra sociedad, nos han identificado y se han convertido en símbolos de la ciudad de València”. Así, en la actualidad nos encontramos con edificios como la Casa Judía, de Joan Guardiola; el antiguo Cine Capitol, de Joaquín Riera; la sede del Banco de València, de Javier Goerlich; la sede de la Caja de Ahorros en Russafa y Obispo Amigó, de Antonio Gómez Davó, la Finca de Hierro, de Vicente Figuerola; el Espai Verd, de Antonio Cortés; el Palau de Congresos, de Norman Foster; el Muvim, de Guillermo Vázquez Consuegra; o el Edificio Veles e Vents, de David Chipperfield, entre otros, que no forman parte del Inventario General del Patrimonio Cultural, al no estar catalogados como Bienes de Interés Cultural o como Bien de Relevancia Local.

“València ya no se entiende sin estos edificios que han ido configurando nuestra personalidad, nuestra identidad y debemos poner todos los medios para evitar que alguna de estas creaciones arquitectónicas desaparezcan como, desgraciadamente, ha ocurrido en otras ciudades por la falta de previsión”, ha continuado Juan Giner.


La última revisión integral del Catálogo Estructural de Bienes y Espacios Protegidos de València se realizó en 2015. Desde entonces, se ha ampliado puntualmente con la incorporación de nuevos bienes o tras la aprobación de planes especiales como el de Ciutat Vella.

Pero, con esta iniciativa, se pretende agilizar la protección y separarla de los tiempos y las tramitaciones que conllevan el desarrollo de los planes especiales o de las modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad.

El Movimiento Moderno se define, entre otras características, por una profunda renovación de la arquitectura, la aportación de nuevas técnicas constructivas y la exploración de las posibilidades que ofrecen materiales como el hormigón armado, el acero laminado o el vidrio plano de grandes dimensiones.

Valencia se está consolidando como una ciudad que valora y protege su patrimonio arquitectónico del siglo XX. El coste del estudio encargado por la Junta de Gobierno asciende a 65.537,47 euros, lo que demuestra el compromiso municipal con la preservación de su historia y cultura.

El concejal de Urbanismo, Juan Giner, ha expresado la importancia de esta iniciativa para mantener vivos los símbolos arquitectónicos que han contribuido a la identidad de Valencia a lo largo de los años.

Con este catálogo de edificios del movimiento moderno, se busca reconocer la diversidad de estilos y corrientes arquitectónicas que han dejado su huella en la ciudad.

La protección patrimonial de estos edificios no solo garantiza su conservación física, sino que también resguarda su valor cultural e histórico para las generaciones futuras.

La inclusión de la Casa Judía, el antiguo Cine Capitol, la sede del Banco de València, la Finca de Hierro o el Edificio Veles e Vents en este catálogo supone un paso importante para la salvaguardia de su legado arquitectónico.

Valencia se convierte así en un referente en la protección del patrimonio arquitectónico del siglo XX, siguiendo los pasos de otras ciudades europeas que han sabido preservar su arquitectura moderna.

La inversión realizada en este estudio es una apuesta por la memoria colectiva de la ciudad y por la conservación de su identidad urbana.

Con estos nuevos avances, Valencia se consolida como una urbe comprometida con su pasado y con la construcción de un futuro sostenible y respetuoso con su legado arquitectónico.