La Junta de Gobierno aprueba un proyecto para renovar el espacio alrededor del CEIP Castellar-l’Oliveral, con una inversión de más de 410.000 euros para crear un entorno más seguro y lúdico para los niños y vecinos.

La Junta de Gobierno Local de Valencia ha dado luz verde a un ambicioso proyecto de mejora del entorno del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Castellar-l’Oliveral, una iniciativa que forma parte de los presupuestos participativos Decidim VLC 2022-2023.
La acción busca transformar la calle Federico Siurana, que colinda con el centro educativo, en una zona peatonal y de recreo, promoviendo un espacio más seguro, accesible y amigable para niños, vecinos y visitantes.
Este proyecto, con un coste total de aproximadamente 410.000 euros (convirtiendo los 407.846,59 euros previstos a euros actuales), se enmarca en la tendencia de las administraciones a mejorar las áreas urbanas destinadas a la convivencia y el ocio.
La inversión incluye no solo la adecuación del pavimento y la creación de zonas verdes, sino también la instalación de mobiliario urbano, juegos infantiles y sistemas de iluminación más eficientes.
Para entender mejor la importancia de esta actuación, hay que recordar que los presupuestos participativos en Valencia han sido una herramienta clave para que la ciudadanía influya directamente en las decisiones de inversión municipal.
Desde su inicio en 2015, estos presupuestos han permitido destinar millones de euros a proyectos que mejoran la calidad de vida en diferentes barrios. En esta ocasión, la inversión de más de 400.000 euros refleja el compromiso de la administración local con la mejora de los entornos escolares y rurales.
La intervención contempla el desmontaje de la calzada y la acera existentes, que serán reemplazadas por una base de hormigón de 20 centímetros de espesor, sobre la cual se colocará un adoquinado en las zonas de uso compartido, restringiendo el paso de vehículos y priorizando a los peatones.
Además, en la zona infantil se instalarán diversos juegos: un tobogán, un columpio y tres juegos de muelles, uno de los cuales será inclusivo, diseñado para niños con discapacidades motrices, psíquicas y sensoriales.
La superficie de juego será de suelo de caucho, para garantizar la seguridad en caso de caídas.
Otra de las mejoras previstas incluye la pintura epoxídica de color verde en la franja ocupada por la acequia cubierta, que se destinará exclusivamente a uso peatonal.
También se desmontará la actual línea aérea de alumbrado público, que será sustituida por una canalización enterrada, con la instalación de diez nuevas luminarias para garantizar una iluminación eficiente y moderna.
En los límites con los campos de cultivo se colocará una valla de madera para proteger las áreas verdes y evitar accesos no autorizados. Asimismo, se construirán dos parterres con especies arbóreas y plantas ornamentales, que contarán con un sistema de riego automatizado, contribuyendo a embellecer el entorno y promover la biodiversidad.
El mobiliario urbano también será reforzado con la instalación de cinco conjuntos de mesas y sillas con protección solar, además de una fuente bebedero y doce bancos, dos de ellos tipo isquiático, pensados para facilitar el descanso a distintas edades.
La zona peatonal en el área del colegio contará con nueve papeleras y el pintado de juegos en el suelo, para potenciar el uso recreativo y el respeto por el entorno.
En total, la superficie intervenida alcanza cerca de 2.000 metros cuadrados, distribuidos en zonas de juegos infantiles, áreas peatonales y espacios verdes. La superficie dedicada a juegos es de aproximadamente 140 metros cuadrados, mientras que las zonas peatonales suman algo más de 185 metros cuadrados.
Este proyecto no afectará a los accesos existentes a los campos de cultivo cercanos, garantizando que las actividades agrícolas en la zona puedan continuar con normalidad.
La inversión, que supone un paso importante en la mejora de la infraestructura urbana en el barrio, refleja la apuesta de Valencia por un modelo de ciudad más inclusiva, segura y sostenible, en línea con las tendencias europeas de urbanismo centradas en el bienestar ciudadano y la protección del medio ambiente.
Con una duración estimada de tres meses, las obras comenzarán en breve y se espera que transformen significativamente el entorno del CEIP Castellar-l’Oliveral, en beneficio de toda la comunidad educativa y vecinal.
La iniciativa demuestra cómo la participación ciudadana y la inversión pública pueden converger para crear espacios urbanos más humanos y sostenibles, alineados con las políticas de modernización y mejora de las ciudades europeas.