El Pleno Municipal de Valencia da luz verde al Plan Especial de Protección y Reforma Interior de San Miguel de los Reyes, que incluye la construcción de viviendas y espacios verdes.

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El Pleno Municipal de Valencia ha dado un paso importante al aprobar, el 28 de enero, el inicio de la exposición pública del Plan Especial de Protección y Reforma Interior de San Miguel de los Reyes.

Esta iniciativa, impulsada por el equipo de gobierno, busca no solo recuperar el entorno del monasterio, sino también revalorizar su rica herencia histórica.

La inversión estimada para este proyecto es de aproximadamente 86 millones de euros, que se destinarán a diversas obras y mejoras en la zona.

El Plan contempla la construcción de un total de 575 viviendas, de las cuales 100 serán de protección pública. Esto es un intento de abordar la creciente necesidad de vivienda asequible en la ciudad, un objetivo prioritario para el Ayuntamiento. Además, el proyecto incluye la creación de una nueva zona deportiva, con un campo de fútbol que ha sido una petición recurrente de los vecinos de la zona.

Juan Giner, concejal de Urbanismo, enfatizó la relevancia de este plan, señalando que San Miguel de los Reyes es uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura renacentista en la región.

Destacó que el plan no solo se enfoca en la edificación, sino en la creación de espacios ajardinados y abiertos, que fomenten una conexión más fluida con la huerta circundante.

Giner expresó su deseo de que este plan se convierta en un hito urbano que revitalice la zona y promueva la vinculación histórica de Valencia con su entorno agrícola.

Sin embargo, la aprobación del plan no ha estado exenta de críticas. Durante el debate, representantes de la oposición manifestaron su desacuerdo con varias facetas del proyecto. Una representante de la Asociación de Vecinos de Torrefiel se opuso a la construcción de torres de hasta 20 pisos en la zona, argumentando que estas deberían ser destinadas a espacios verdes, y advirtió sobre los riesgos de especulación y la posible masificación de servicios.

Asimismo, María Pérez, del grupo Socialista, cuestionó la falta de consenso con los vecinos y expresó su preocupación por la construcción en una zona considerada inundable, poniendo en riesgo la seguridad de los habitantes.

También criticó la decisión de construir un aparcamiento junto al monasterio, lo que podría afectar la estética del entorno patrimonial.

Por su parte, Papi Robles, representante de Compromís, consideró que la protección del monasterio se está utilizando como una excusa para justificar una operación de especulación urbanística.

Robles subrayó que, a pesar de la inversión, se prevén ingresos por la venta de inmuebles que superan los 150 millones de euros, lo que indica un enfoque comercial en lugar de uno que priorice las necesidades de los vecinos.

Este plan de urbanismo se inscribe en un contexto más amplio de transformación y desarrollo de Valencia, donde la preservación del patrimonio histórico y la adaptación de la ciudad a las demandas contemporáneas deben encontrar un balance adecuado.

La participación ciudadana durante la exposición pública será crucial para abordar las preocupaciones de los vecinos y ajustar el proyecto a sus expectativas, asegurando que la recuperación del monasterio y su entorno beneficie a la comunidad en su conjunto.