El Ayuntamiento de Valencia destina más de 171 millones de euros para modernizar la flota de la EMT, con un enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia del transporte público.

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El Ayuntamiento de Valencia ha dado un significativo paso hacia la sostenibilidad del transporte público al aprobar un ambicioso plan de inversión que contempla la compra de 176 autobuses eléctricos e híbridos.

Esta iniciativa busca transformar la flota de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y permitirá que, para el año 2028, la mayoría de sus vehículos sean prácticamente limpios.

El plan de inversiones, que asciende a 171.758.554 euros (aproximadamente 171 millones de euros), se desplegará entre 2024 y 2028, y tiene como objetivo dotar a la EMT de 215 nuevos autobuses de última generación.

De esta cantidad, se adquirirán 145 autobuses eléctricos y 31 híbridos articulados, estableciendo a Valencia como líder en movilidad sostenible dentro de España.

Esta estrategia se complementará con la eliminación de 185 de los autobuses más antiguos, lo que permitirá que la edad media de la flota baje de 10,04 a 6,55 años, equiparando a la ciudad con otras grandes urbes españolas.

Además, se adecuarán las instalaciones disponibles y se establecerán 167 puntos de carga eléctrica para los nuevos vehículos, lo que garantiza una infraestructura sólida para el soporte del transporte sostenible.

El presidente de la EMT, Jesús Carbonell, destacó la importancia de este plan, afirmando que «apostamos por la plena sostenibilidad y por un transporte público que sea un referente y eficaz».

Las inversiones también mencionan acuerdos de financiación que permitirán avanzar en la compra de estos autobuses. Una de las operaciones destaca por su monto de 69 millones de euros que se destinará a la adquisición de los primeros 145 autobuses eléctricos, apoyada por el Banco Europeo de Inversiones.


Las otras dos operaciones, por 7 millones y 6,8 millones de euros respectivamente, tienen como fin la compra de los autobuses híbridos y articulados.

Históricamente, la EMT ha transitado por diferentes fases de modernización. Entre 2016 y 2023, la administración municipal anterior invirtió 130 millones de euros, una cifra que resulta inferior en comparación con la actual propuesta, que implica 34,3 millones anuales, un incremento del 111% en la inversión.

Esto demuestra un cambio significativo en la política de movilidad de Valencia, enfocándose cada vez más en iniciativas sostenibles y en la mejora del servicio al ciudadano.

La infraestructura también está en proceso de mejoras, incluyendo la construcción de un nuevo depósito en Safranar, que será conectado a las instalaciones existentes en Sant Isidre.

Se anticipa que para 2028, la EMT contará con 167 puntos de carga, un aumento considerable desde los 22 actuales, y la potencia eléctrica de las instalaciones se incrementará de 2 a 10 megavatios.

De este modo, el plan de inversión también considera un total de 30 millones de euros destinados a gastos recurrentes, lo que incluye licencias y mantenimientos necesarios para el desarrollo del sistema.

Este plan no solo representa un avance significativo en términos de sostenibilidad y eficiencia, sino que también reconfigura la forma en que la ciudad interactúa con el transporte público, colocando a Valencia en el camino hacia una movilidad más ecológica y responsable con el medio ambiente.