La Junta Central Vicentina discute nuevos objetivos para fortalecer la participación juvenil en las festividades, buscando adaptarlas a las realidades actuales.

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El 9 de septiembre de 2024, la Junta Central Vicentina (JCV) se reunió en Valencia para marcar el rumbo de las celebraciones del próximo año, con un enfoque especial en el involucramiento de los jóvenes.

En esta cita, se abordó la planificación del evento y se destacó la importancia de adaptar las festividades a las nuevas realidades culturales, sociales y tecnológicas que caracterizan a las generaciones más jóvenes.

Mónica Gil, presidenta de la JCV y delegada de Fiestas y Tradiciones del Ayuntamiento de València, subrayó que la elección de la nueva honorable clavariesa para 2025 será un acontecimiento significativo, que se revelará en una asamblea extraordinaria el 23 de septiembre.

Este nombramiento no solo representa un reconocimiento a la labor de la elegida, sino que también simboliza la tradición vicentina que halaga y une a la comunidad.

Uno de los principales objetivos de esta nueva etapa es garantizar un relevo generacional que no solo mantenga la esencia de la festividad de San Vicente Ferrer, sino que también la fortalezca a través del aporte de ideas frescas y relevantes que los jóvenes puedan ofrecer.

La presidenta explicó que involucrar a esta población en la organización de las fiestas puede conducir a una experiencia renovada, adecuada a sus intereses y formas de comunicación modernas.

“Queremos que se sientan parte activa de nuestra celebración.

La esencia de la fiesta no se pierde con la adaptación, por el contrario, se enriquece”, enfatizó Gil.


Además, se estableció un calendario de reuniones y asambleas que garantizará la transparencia y brindará a los vicentinos la oportunidad de participar activamente en la toma de decisiones relacionadas con las festividades.

La directiva considera que una de las claves para el éxito de próximo año radica en contar con una hoja de ruta clara que involucre a todos los sectores de la comunidad.

Este enfoque hacia la inclusión juvenil en la organización de las fiestas no es nuevo en la historia de la JCV, que ha ido evolucionando desde sus inicios en el siglo XIX. Sin embargo, la actualización de sus estrategias responde a un cambio generacional que exige nuevas dinámicas y formas de participación.

La iniciativa de este año podría marcar un precedente significativo en la forma en la que las fiestas tradicionales se llevan a cabo en Valencia, promoviendo un ambiente donde cada voz cuenta.

La presidenta, Mónica Gil, resaltó también que este proceso no solo fortalecerá el sentido de pertenencia entre los más jóvenes, sino que también potenciará la cultura local, manteniendo viva la tradición a través de la inclusión.

“La fiesta de San Vicente Ferrer es un momento de unión y celebración, y queremos asegurarnos de que cada detalle esté en su lugar para que sea un éxito”, concluyó Gil.

Con estas medidas, se espera que las fiestas vicentinas no solo continúen, sino que evolucionen, manteniendo su relevancia en un mundo en constante cambio.