Se presenta un decálogo de buenas prácticas para promover la inclusión real en las Fallas de Valencia, resaltando la importancia de la accesibilidad y el respeto en esta festividad.

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El 7 de diciembre de 2024, la ciudad de Valencia dio un paso significativo hacia la inclusión con la presentación de un decálogo de buenas prácticas para asegurar que todos los ciudadanos, incluidas las personas con discapacidad, puedan disfrutar plenamente de la emblemática fiesta de las Fallas.

Este documento fue creado por la entidad Inclusión Fallera, en colaboración con la Dirección General de Discapacidad del Ayuntamiento de Valencia, abordando de manera directa la importancia de considerar la inclusión como un derecho fundamental.

El lema subrayado por la organización es claro: "La inclusión es un derecho, no un capricho". Este manifiesto es resultado de un diálogo constructivo durante el primer Encuentro entre Discapacidad y el Mundo Fallero, donde se buscó unir esfuerzos y compartir ideas innovadoras para hacer de las Fallas un evento accesible y acogedor para todos.

Entre las prácticas recomendadas, destaca el uso adecuado del término 'persona con discapacidad', alineándose con lo estipulado en el artículo 49 de la Constitución española.

También se enfatiza la necesidad de garantizar accesibilidad física, sensorial y cognitiva para todas las personas, así como la importancia de educar y sensibilizar a las comisiones falleras sobre la diversidad funcional.

En este sentido, se propone la creación de una delegación de Inclusión y Accesibilidad en las propias comisiones y en la Junta Central Fallera.

Una de las iniciativas más interesantes es la creación de rutas accesibles para que los visitantes puedan recorrer y disfrutar de los monumentos falleros.

Además, se sugiere implementar franjas horarias de silencio o de baja intensidad, en colaboración con asociaciones especializadas, para aquellas personas con sensibilidades sensoriales.


Adicionalmente, se insta a las comisiones falleras a considerar la posible participación de grupos de danza, teatro y música integrados por personas con discapacidad, promoviendo así su derecho a trabajar en un ámbito cultural tan representativo.

El decálogo también propone establecer vías de contratación y protocolos de accesibilidad para artistas con discapacidad, con el objetivo de integrar a estas personas en el vibrante mundo fallero.

En un esfuerzo por eliminar estigmas, se sugiere dialogar con los artesanos sobre la posibilidad de utilizar el ninot como una herramienta para fomentar la inclusión y la conciencia social, destacando la importancia de evitar términos despectivos.

Asimismo, el uso de tipografías accesibles en las cartelas de las fallas se menciona como una medida necesaria para facilitar la comprensión del mensaje para todos los asistentes.

La entidad Inclusión Fallera ha expresado su disposición a colaborar con cualquier comisión o colectivo que desee obtener más información o apoyo en materia de diversidad e inclusión.

Para ello, han habilitado un correo electrónico a través del cual se pueden resolver dudas y compartir buenas prácticas.

Este movimiento en Valencia es un reflejo del creciente compromiso social hacia la inclusión y la diversidad en las fiestas populares.

Las Fallas, que tradicionalmente son un motivo de celebración y cohesión social, ahora también se consolidan como un espacio de respeto y adaptación a las necesidades de todos los ciudadanos, sin excepción.